Vuelvo a ir al cine. Aunque ahora es más caro. Afortunadamente, la cosa
está valiendo la pena. El lunes, vimos la última de Haneke, que opta a premios
en todos los sitios. Y más allá del éxito coyuntural e inmediato, preveo que
esta peli va a tener un largo recorrido, no solo por su tema, sino por su
técnica. La que casi todos los críticos consideran la mejor creación del
austriaco es una película redonda e impresionante, "perversa" ha
dicho alguno.
La peli cuenta algo que casi todos hemos vivido en nuestras familias: la
progresiva enfermedad de un anciano con el doloroso tránsito de la parálisis a
la demencia. Es decir, si quieren pasar un ratito agradable, no vayan a ver
esta peli, porque Haneke va a empezar a pegarles bofetadas heladas desde que
empieza el metraje hasta la última escena. Bofetadas que te gritan "así es la vida, imbécil, y tú o los
que tú amas acabaréis atrapados en una cama, cagándoos encima, sin reconocer el
rostro de la persona que te cuida y te quiere". Obviamente, esto no es
nuevo. El buda empezó su liberación cuando vio un viejo, un enfermo y un cadáver.
Aunque la aportación de Haneke, como el título indica, es que esta es, en
realidad, una peli sobre el amor. Un amor entregado, que ve cómo la vida escapa
con cruel lentitud de la persona amada, de la compañera de una vida que fue
hermosa y plena.
Nada sobra en esta cinta, ni los largos silencios del apartamento parisino
que habitan los ancianos, ni la música de Schubert, ni cada pequeño detalle de
esa miseria que es nuestra débil naturaleza. Uno puede pensar que hay truco
emocional o concesiones a la lágrima; pero no. La cosa es más sencilla:
honestidad y seres humanos. O sea, cine para sentir emociones y para salir de
la sala pensando en los nuestros y en nosotros mismos. Y toda esta tormenta
emocional se sostiene sobre dos actores formidables: Trintignat y Riva.
Si como escribió Blas de Otero, verdaderamente somos ángeles con grandes
alas de cadenas, este es uno de los mejores documentales de la historia sobre
el hierro de las cadenas y las alas de los ángeles.
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