El verano es la época del cine para niños. Y para los adultos que les acompañan. No es tan grave. Ya que, como es bien sabido, el arte hace tiempo que abandonó Hollywood y emigró a las series y a Pixar. No en vano, la primera hora de Wall-e (2008) es lo mejor de su década.
"Monstruos University" (precuela de "Monstruos Inc") no es "Wall-e"; pero no está mal. Es predecible; pero divertida. Antonio y Lola se lo pasaron bien. Y para mi alegría, el campus en el que transcurre la historia está basado, ¿cómo no? en el célebre campus de la UC Berkeley, donde pasé cuatro meses inolvidables. Cada vez que asomaba el Campanille en la pantalla, una sonrisa nacía en mi boca, llena de palomitas y limonada.
No suelo escribir en este blog sobre temas de trabajo; pero el recuerdo de Berkeley me hace pensar en el cambio de modelos que se ha producido en el mundo universitario español en los últimos tiempos. Ahora queremos ser como las grandes universidades norteamericanas. Y todos andamos locos (incluso el sociópata de Wert) con los indicadores de calidad. Y con tener los mismos indicadores de calidad que tienen esas universidades. Vano intento. Nunca seremos como ellos, porque no podemos serlo. Ni debemos. Son universidades de otra sociedad, de otro mundo, con otros alumnos y otros profesores. Tanto aquellos como estos, más trabajadores, competitivos y crueles que nosotros. Tenemos que ser mejores. Pero ser como las grandes universidades anglosajonas no es el camino.
Hace unos años tuvo mucha difusión entre mis colegas el libro de Ken Bain "Lo que hacen los mejores profesores universitarios". A mí, me decepcionó. No hablaba de gente como yo.
"Monstruos University" (precuela de "Monstruos Inc") no es "Wall-e"; pero no está mal. Es predecible; pero divertida. Antonio y Lola se lo pasaron bien. Y para mi alegría, el campus en el que transcurre la historia está basado, ¿cómo no? en el célebre campus de la UC Berkeley, donde pasé cuatro meses inolvidables. Cada vez que asomaba el Campanille en la pantalla, una sonrisa nacía en mi boca, llena de palomitas y limonada.
No suelo escribir en este blog sobre temas de trabajo; pero el recuerdo de Berkeley me hace pensar en el cambio de modelos que se ha producido en el mundo universitario español en los últimos tiempos. Ahora queremos ser como las grandes universidades norteamericanas. Y todos andamos locos (incluso el sociópata de Wert) con los indicadores de calidad. Y con tener los mismos indicadores de calidad que tienen esas universidades. Vano intento. Nunca seremos como ellos, porque no podemos serlo. Ni debemos. Son universidades de otra sociedad, de otro mundo, con otros alumnos y otros profesores. Tanto aquellos como estos, más trabajadores, competitivos y crueles que nosotros. Tenemos que ser mejores. Pero ser como las grandes universidades anglosajonas no es el camino.
Hace unos años tuvo mucha difusión entre mis colegas el libro de Ken Bain "Lo que hacen los mejores profesores universitarios". A mí, me decepcionó. No hablaba de gente como yo.
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