La duda sobre qué película íbamos a ver fue radicalmente aclarada por la frase: “¿Esa no es la del ménage à trois con Sofía Vergara y Sharon Stone?” Lo cierto es que ni el trío fue para tanto ni la película nos impresionó demasiado. Con todo, valió la pena entrar. Yo no sabía que Turturro fuera también guionista-director. Hay que reconocerle que ha montado una historia divertida y cómoda de interpretar para él y para Woody Allen; pero que queda un poco desvaída y que no sabe acabar (como me pasará a mí con esta entrada). Ambos personajes (el gigoló y su chulo ) tienen buenos matices y las excelentes interpretaciones logran que nos creamos situaciones que a priori, resultarían increíbles. Y a lo largo de todo el metraje se intuye una mirada sensible e inteligente sobre la soledad y el deseo..