Para preparar algo de material
para una clase, vi este clásico de casi 2 horas. Y se me hizo un poco aburrido.
Espero que no les pase lo mismo a mis alumnos con los fragmentos que quiero
extraer de él.
En la historia, hay dos tramas
que transcurren en paralelo: la construcción del puente por los prisioneros
británicos dirigidos por el coronel Nicholson (Alec Guinness) y la destrucción
del puente por un comando (William Holden). “Hacer y deshacer, todo es hacer”,
decía mi madre. La trama interesante es, obviamente, la del puente.
Especialmente, los cambios de actitud que los dos coroneles, el británico y el
japonés (Sessue Hayakawa) experimentan, para adaptarse al otro y para acercarse
a sus objetivos. Líderes astutos; pero dispuestos a sacrificarse por un objetivo
superior a la propia vanidad. Ya no quedan de esos.
La peli fue rodada en el contexto
de la caza de brujas, con lo que el guión (sobre una novela del inclasificable y casi desconocido Pierre Bouelle) tuvo varios autores, muchos de ellos proscritos y perseguidos. Y el
rodaje se convirtió, a través de un mágico y terrible juego de espejos, en un
proyecto tan costoso y pesado como el de la historia que trataba de rodar.
Delicias para amantes de las pelis con muchos Oscars.
Comentarios