Setiembre empezó con la dimisión de la Directora General de Trabajo del gobierno Sánchez. Se había enredado en la vieja madeja de qué hacer con la prostitución. Macroeconomía, moral, migraciones, impuestos, hipocresía y derechos humamos llenan de nudos la madeja y nadie tiene claro qué hacer al respecto. Y mucho menos los gobiernos Sánchez de Europa. Me acordé de esta novela con la que entretuve algunos días de julio.
Leo en la red que Andreu Martín ha hecho muchísimas cosas. Entre tanta obra, me parece que "El harén..." es una novela sin grandes prentensiones. A mí me gustó. Hay oficio en sus páginas. Y Barcelona, esa ciudad rebelde y esclava al mismo tiempo, esa ciudad mestiza y hermosa, esa ciudad donde siempre pasan las cosas importantes, a la que unos odian y otros aman en secreto, como las putas. Yo esperaba más culos y tetas; pero lo que me encontré fue sangre, mucha sangre. Quizá lo más interesante del libro sea el protagonista, un proxeneta refinado y de sexualidad indefinida, que cuida a sus chicas. Es decir, un personaje improbable. Hay malos malísimos y un poco de Tarantino. Cuánto daño ha hecho.
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