Vimos dos películas de cine en la primavera que me sugirieron cierta idea de la felicidad como la capacidad para desprenderse, para descuidarse, para fracasar con gracia.
Me gustó "Un asunto de familia" (2018), que la crítica ha considerado, creo que con razón, una de las mejoras obras del japonés Koreeda. Suponemos que todos los japoneses son ordenados, previsibles, honrados y sometidos hasta la psicosis por las normas y la presión social. Los que salen en esta peli son una especie de familia de ladronzuelos desordenados, sucios y ... felices.
Me gustó la comedia española "El mejor verano de mi vida" de Dani de la Orden, que vi con los sobrinos. En este caso, el fracasado gracioso es Leo Harlem, el humorista que mejor representa ese arquetipo de español muy español, saleroso, ignorante y pagado de sí mismo. Esos españoles que son (somos) tontos y pobres, cuando nuestros antepasados eran pobres pero sabios. La peli está bien llevada y vemos cierta clase de felicidad en el fracaso del padre separado que no puede comprarle al hijo lo que la publicidad promete.
Fue la única comedia que me pareció digna. Durante la primavera y el verano, también llevé al cine a los sobrinos a ver los siguientes bodrios:
"Taxi a Gibraltar", donde volver a ver al Dani Rovira no era lo peor del asunto.
"Lo nunca visto", con los actores habituales (la Machi y el Nieto), que se supone que transcurre en la España vaciada.
"Infiltrado en Miami", una prueba de que los franceses también pueden hacer mierdas sin gracia. Sospecho que la versión original (sin doblar) debía ser casi igual de mala.
Me gustó "Un asunto de familia" (2018), que la crítica ha considerado, creo que con razón, una de las mejoras obras del japonés Koreeda. Suponemos que todos los japoneses son ordenados, previsibles, honrados y sometidos hasta la psicosis por las normas y la presión social. Los que salen en esta peli son una especie de familia de ladronzuelos desordenados, sucios y ... felices.
Me gustó la comedia española "El mejor verano de mi vida" de Dani de la Orden, que vi con los sobrinos. En este caso, el fracasado gracioso es Leo Harlem, el humorista que mejor representa ese arquetipo de español muy español, saleroso, ignorante y pagado de sí mismo. Esos españoles que son (somos) tontos y pobres, cuando nuestros antepasados eran pobres pero sabios. La peli está bien llevada y vemos cierta clase de felicidad en el fracaso del padre separado que no puede comprarle al hijo lo que la publicidad promete.
Fue la única comedia que me pareció digna. Durante la primavera y el verano, también llevé al cine a los sobrinos a ver los siguientes bodrios:
"Taxi a Gibraltar", donde volver a ver al Dani Rovira no era lo peor del asunto.
"Lo nunca visto", con los actores habituales (la Machi y el Nieto), que se supone que transcurre en la España vaciada.
"Infiltrado en Miami", una prueba de que los franceses también pueden hacer mierdas sin gracia. Sospecho que la versión original (sin doblar) debía ser casi igual de mala.
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