Ir al contenido principal

Raíces de la identidad dominicana. (Reina Rosario)

He vuelto a Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, el hermoso país que ocupa los dos tercios orientales de la Española y que, sin preverlo, se ha convertido en mi país latinoamericano, en mi sitio del nuevo mundo. Santo Domingo fue la primera ciudad española de América, lo que es como decir, la primera ciudad americana de España. Aunque esa vieja palabra, "España" que escribo con tanto cariño, no sea la misma España que llena la boca poblada de colmillos y de venenos de esos psicópatas que andan engañando a los tontos  de las banderitas. 

Viajar y leer para conocer y para conocerse mejor a uno mismo. Para saber de dónde venimos y a dónde vamos. Una de las ideas interesantes que cuenta este librito es que muchos dominicanos se comprenden mejor a sí mismos cuando emigran a los USA o a la España actual. Allí son identificados, como "negros" o "mulatos", a secas. Y se les caen de los ojos las vendas que la construcción nacional dominicana les fue poniendo. Me lo compré en la coqueta papelería del INTEC y creo que la autora es profesora de esa universidad. 

El libro, que necesita explicar al lector varios conceptos muy pedestres: "nación" o "nacionalismo", analiza el proceso de construcción nacional dominicana. Curiosamente, los criollos dominicanos no se independizaron de los "otros" españoles, los de la península, sino de los negros haitianos. Por ello, lo dominicano se ha definido históricamente en contraposición a lo haitiano, es decir, a lo "negro". Aunque la base de la población dominicana es africana, tradicionalmente, se ha mirado a sí misma como mezcla de hispano e indio. En este fin de noviembre, me resultaba enternecedor ver a las muchachitas huir corriendo de la lluvia que podía sacarles los rizos del pelo negrísimo, alisado con tanto esfuerzo. Corrían, y se reían felices, africanas, libres, bromeando en el español de las Antillas. Durante la dictadura del monstruo Trujillo, del que ya hablamos aquí se exageró ese componente hispánico. Supongo que uno de los castigos que debe estar sufriendo ese hijo de puta es estar pudriéndose en la fría tierra del cementerio de Mingorrubio, habiendo podido hacerlo en el calor del Caribe. A cada persona le cuesta mucho liberarse de las vendas y mirarse al espejo tal cual es,  y a una nación entera, todavía más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tintalibre:

Nuestro “Fin de Régime” está siendo, como casi todo en esta estepa, lento y tranquilo, un poco provinciano, un poco hortera, aunque nos las demos de postmodernos.  Aquí no hay Rasputines montando a la zarina, sino el pequeño Nicolás haciéndose selfies con la lideresa y el presidente. Pero todo está cayendo, inexorablemente. Se cae de viejo y de podrido. Son les branques de l’arbre de Pujol. Y se va cayendo todo el sistema del 78. Quizá, al final se acelere el proceso y la cosa deje de ser tan tranquila. La sociedad va descubriendo que no solo era el bipartidismo, sino que los medios de comunicación que sustentaban el entramado de las mamandurrias también se han quedado viejos e inservibles. Enternecedor el “yo no soy un político” del director de La Razón, Marhuenda, ese señor tan rarito y con tantos intereses políticos y económicos, que va a las tertulias a hacer de derechoso leído y digno. Siguen ciegos ante lo que está ocurriendo. Desde hace un año, ya no le...

"Romper el círculo" y "Soy Nevenka"

Después de la tormenta asesina y de la guerra civil en los Estados Unidos, volvemos a la pequeña política de nuestra aldea pequeña.  Parece que el errejonazo fue hace mucho tiempo; pero la dimisión del muchacho solo fue hace un mes. Con ese escándalo, quizás se cierra el ciclo que se inició en enero del 2020. Por primera vez en la historia de la España contemporánea, la izquierda se sentaba en el Consejo de Ministros. Pero los círculos no habían tenido tiempo de cuajar, las cloacas, a modo de sistema inmunológico del Estado, hacían su incansable labor de zapa, y además, llegaron una pandemia, un volcán, la tercera guerra mundial y las tonterías de profe de universidad del gran líder, que huyó un año después. Dejaba como albaceas a un equipo de funcionarios mas rositas que rojos y el encargo de tomar el cielo por asalto a unos muchachos con amplio vocabulario postmarxista pero con las paticas cortas y flojas. Los herederos hicieron lo que pudieron para obligar al pillo de Pedro Sán...

El último concierto.

¡Ay de aquel que nunca haya tenido ninguna afición! ¡Pobre del que nunca se haya esforzado para dominar algún arte! El que nunca haya intentado dibujar, cantar, tocar un instrumento, actuar, cocinar o jugar al ajedrez no sabe lo que se ha perdido. Y digo intentar, porque en el intento es donde está la sal que hace la vida más feliz. Y los más felices entre los mortales son aquellos que el arte ha hecho suyos: los artistas, los profesionales, los que han dedicado una vida entera a un oficio creativo. Los que han sido siempre prisioneros. En su esclavitud quizá han sido libres, luminosos.   “A late quartet” trata sobre ellos. Sobre los profesionales muy cualificados: un cuarteto de cuerda en el final de su historia. Cuando tiene que parar la música y salen los demonios que llevan dentro. Zilberman narra todo esto con sutilidad e inteligencia. Aunque la peli tiene algunos altibajos, valió la pena ir a la sesión golfa de los D’Or.