Y aunque me pasé toda la peli pensando que se parecía demasiado a"Seven", me gustó. Denzel Washington hace de Morgan Freeman y Rami Malek (Freddy Mercury) hace de Brad Pitt. También hay un asesino en serie y dilemas morales sobre la legitimidad de la violencia y la venganza. Barro, heces, algún cadáver y coches grandes de asientos cómodos, donde los sabuesos comen comida basura y reflexionan sobre la vida. Volviendo a nuestra aldea, no me imagino a los polis fachas de Jusapol diciendo las frases profundas de Morgan Freeman en sus largas vigilancias. Al menos, en lugar de la comida basura, comerán bocatas de embutido bueno y han de buscar menos serial killers que en los USA.
Pienso que toda la vida son los pequeños detalles. Que, en realidad, lo importante, lo grande, lo decisivo son esos detalles. El tono en el que respondemos una pregunta inteligente de un amigo o de una esposa. El sitio donde olvidamos ese objeto que necesitaremos en el momento crucial. Aquel que cruzó un semáforo letal sin mirar porque andaba pensando en la hipoteca, el mensaje prohibido que no borramos y que reveló nuestro secreto o el libro de Walt Whitman, que dejamos en el wáter. Para decir la verdad, yo tengo ahora en el wáter el "Fundamentos de máquinas eléctricas rotativas" de L. Serrano Iribarnegaray, que compré en el mercado del Puerto de Sagunto por un euro. En ajedrez, de manera especular, se dice: "Aprovecha las pequeñas ventajas que tu adversario aprovechará las grandes y te ganará". Yo, cada día, me fijo más en los pequeños detalles.
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