Anuja es una niña morenica y espabilada que trabaja en una fábrica de ropa. Aunque no se ven marcas, por una conversación telefónica del encargao, se conoce que trabajan ¿cómo no? para la exportación. Anuja, tiene buena cabeza para las matemáticas; pero no ha podido asistir a los actos que se hicieron el otro día por el "Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia" ni a las jornadas abiertas de alguna bonita universidad tecnológica. Su maestro le ha sugerido que se presente al examen de admisión de una institución hindú; pero el encargao, que tiene cara de malo y de baboso, no quiere que deje el taller textil.
Como ven ustedes, todo muy arquetípico y predecible. Casi demasiado. Si no fuera porque el arquetipo es simplemente un retrato del drama diario que vive la mayor parte de la humanidad. Porque la humanidad es una niña morenica y espabilada, con capacidad para la ciencia y la tecnología. Y tiene que coser para Zara; pero podría estudiar álgebra, imaginar tensores multidimensionales y diseñar la futura AGI, que demostrará la conjetura de Golbach. O aprender cálculo en tres meses y mejorar el diseño del Dragonfly, el dron que sobrevolará Titán, la luna de Saturno, en 2027.
Pero por desgracia, no será así. Anuja seguirá cosiendo para Zara, Para que, en España, la amante de algún juez del tribunal supremo español, o la esposa de algún mediocre profesor universitario pueden comprarse infinita ropa "asequible" (colección de Primavera) y para que algún Amancio Ortega o algún John Smith pueden seguir haciéndose infinitamente ricos.
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