El sábado, huyendo de la lluvia y de las soledades, nos metimos en el cine, nos comimos unos bocatas y vimos esta coproducción norteamericana. Es una historia sobre pasiones femeninas, sobre la belleza y el deseo, sobre la infidelidad y sobre los celos, y especialmente, sobre el vacío de la vida de cualquier pareja. En este caso, gente bien y guapa de un Toronto nevado y tristón.
Parece ser que es un remake que le encargaron a Egoyan de la peli francesa Nathalie. Me supongo que este pulió las escenas de cama y eligió a las actrices. La pareja de protagonistas, la Seyfrend y la Moore, sus cuerpos, sus miradas, sus labios... son lo mejor de la peli. Ocultan totalmente al Neeson que hace de galán madurito y deseado. El problema es que la historia se va desenfocando conforme avanza la peli y el final queda falso y prematuro, sin que uno, que es muy primario, vea qué hay de thriller y qué hay de historia calientacorazones.
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