Una fotografía excelente y unos
actores simpáticos evitaron que la peli se me empalagara. Se trata de una
comedia romántica y de moraleja previsible, basada en unos viajes en el tiempo.
La cosa no es muy original y no aguanta unos análisis muy profundos; pero
Rachel Mc Adams es preciosa, el director Richard Curtis sabe manejar los
tiempos de la historia y viene bien que, cada cierto tiempo, alguien te diga:
Carpe Diem.
Nuestro “Fin de Régime” está siendo, como casi todo en esta estepa, lento y tranquilo, un poco provinciano, un poco hortera, aunque nos las demos de postmodernos. Aquí no hay Rasputines montando a la zarina, sino el pequeño Nicolás haciéndose selfies con la lideresa y el presidente. Pero todo está cayendo, inexorablemente. Se cae de viejo y de podrido. Son les branques de l’arbre de Pujol. Y se va cayendo todo el sistema del 78. Quizá, al final se acelere el proceso y la cosa deje de ser tan tranquila. La sociedad va descubriendo que no solo era el bipartidismo, sino que los medios de comunicación que sustentaban el entramado de las mamandurrias también se han quedado viejos e inservibles. Enternecedor el “yo no soy un político” del director de La Razón, Marhuenda, ese señor tan rarito y con tantos intereses políticos y económicos, que va a las tertulias a hacer de derechoso leído y digno. Siguen ciegos ante lo que está ocurriendo. Desde hace un año, ya no le...
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