Ir al contenido principal

Negras o blancas (3)

Anoche acabó la temporada del programa de radio en el que colaboro de vez en cuando: “Negras oBlancas” 

Recopilo aquí los libros que he reseñado en mis intervenciones de la primavera y el verano. 

En lo que se refiere a libros más técnicos (libros puramente de ajedrez), comenté:
“Al ataque” de Mihail Tal y Iakov Damski, con una recopilación de las partidas del genio de Riga.
“Mis geniales predecesores (tomo 1)”, de G. Kasparov, donde el ogro de Bakú se ocupa del ajedrez hasta M. Euwe. Cité ese libro con motivo de nuestra visita a Montparnasse, donde yace A. Aliojin.
“ABC de las aperturas” de Panov.
“Partidas selectas”, del que fuera patriarca del ajedrez soviético, M. Botvinnik.

En lo que se refiere a libros que trascienden el ajedrez, reseñé los siguientes:

“La defensa” de V. Nabokov. La historia del ajedrecista Luzhin pasa por ser la gran novela contemporánea sobre el ajedrez. No sé si estoy de acuerdo. Es una novela compleja y quizá pretenciosa. Inspiró una película que cualquiera interesado en el tema debería ver: “La defensa Luzhin” (2001) de Marleen Gorris, interpretada por John Turturro. Gracias al asesoramiento del Gran Maestro británico Jonathan Speelman, la película es bastante correcta cuando reproduce el ambiente de los torneos de los felices 20. Luzhin, al borde de la locura, ha de encontrar la solución para las negras en la siguiente posición aplazada.


“Ajedrez y comunismo”. Un libro que no trata ni del ajedrez ni del comunismo. Es una autobiografía del Gran Maestro checho Ludek Pachman, que a raíz de la primavera de Praga del 68 fue detenido y torturado. Escapó a la Alemania Federal, donde emprendió una nueva vida.

“Russian Silhuettes”, el primer volumen de la serie de breves semblanzas biográficas sobre jugadores soviéticos que escribió el Gran Maestro Gennadi Sosonko, tras exiliarse en los Países Bajos. Se trata de un maravilloso libro sobre jugadores de ajedrez que no trae ni un solo diagrama ni una sola partida. En antena dije que quien quisiera entender mejor la URSS de los 60 debería leer este libro e “Imperio”, de Kapuscinski.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El secreto de Santa Vittoria.

Golpe de estado en los USA, yo no encuentro el boli, Hitler sigue matando niños en el gueto de Gaza, estas peras de San Juan no tienen ningún sabor, a Macron le pega su mujer, las materias primas se van acabando y la única receta es aumentar el presupuesto militar para la gran rapiña final. Solo nos queda la ilusión de que cuando Bildu, ERC o Pueyo, el de Fonz, fuercen al camarada Pedro a convocar elecciones, el año que viene, la candidata a la presidencia del gobierno sea la madrileña, a ver si se dan el gran batacazo, nos reímos mucho y ellos aprenden de una vez qué es España (y Portugal). Cuando uno envejece en tiempos tan oscuros, se aferra como un aterido náufrago a sus viejos cánones, a sus libros y pelis preferidas. Nos encerramos en nosotros mismos, en nuestras listas y en nuestros hábitos. " En tiempos de tribulación, no hacer mudanza " recomendaba el santo soldado de Loiola. Y muy arriba entre las películas de mi canon está "El secreto de Santa Vittoria" (...

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

El niño que miraba al mar (Luis Eduardo Aute)

Tomás, compañero y sin embargo, amigo, me manda esta fervorosa reseña del concierto que compartimos la semana pasada: ¡Aute sigue en plena forma! Será porque nos mentalizamos para un homenaje al maestro, al que suponíamos agostado, será por envidia; pero es lo primero que me sorprendió de un concierto vibrante de música, letra y ritmo. Fue en La Rambleta, en Valencia el 28 de noviembre. Aute ya tiene 71 años, nunca ha exigido mucho a su voz y las mesas de mezclas hacen maravillas, pero todo eso no desmerece que sonó limpio e intenso. Uno no puede menos que preguntarse cuál será el secreto de su vigor, y cómo aplicárselo. Cantó las canciones de su último disco “El niño que miraba el mar” y algunas de sus discos anteriores, ya 46 años componiendo. Al final del concierto se centró en las históricas las de los 70 y 80 después de haber amagado tres veces con terminar e irse. Total 3 horas sin descanso. Se hicieron cortas. Le acompañaron tres músicos muy buenos, incluido s...