El viernes la compramos por cable y fue una pérdida de tiempo y de dinero. Es una peli aburrida y tontorrona. Y lo peor del asunto es que eso era previsible teniendo en cuenta cómo eran las dos anteriores. Así que volvimos a caer en la trampa. Lo aviso para que no pique nadie más.
La primera de la saga, "Ocean's eleven" (remake de la peli de los años 60 de Lewis Milestone)se deja ver; pero no me impresionó demasiado a pesar de la pasta que se debieron gastar. La segunda, "Ocean's twelve" es mala y aburrida, tanto si se mira como una peli de robos como si se mira como una parodia de las pelis de robos. "Ocean's thirteen" es una secuela de la secuela, o sea, peor todavía. Supongo que mis chicas querrían ver a los guapos Brad Pitt y George Clooney. ¡Qué cara tiene que estar la vida en Hollywood! ¡Qué castañas tienen que hacer los galanes para poder vivir! Se lo perdonamos a ambos por "Babel" y por "Syriana"
Me gustan mucho las pelis de robos y de timos. Los delincuentes hacen de "buenos" y la imaginación viaja con ellos en la preparación del negocio o en la ejecución del plan. Pero además de protagonistas, coches y edificios, tiene que haber una historia. Y como dicen en blogdecine, en "Ocean Thirteen", debieron escribir el guión en cinco minutos (o ni lo escribieron). Se supone que esas pelis ensalzan la astucia y sus argumentos tienen que cumplir varias reglas. Los delincuentes, para lograr sus objetivos, tienen que compensar medios escasos con la inteligencia (aunque sea una inteligencia perversa): ¿habéis visto " Plan oculto"? Además, el espectador debe ser engañado del mismo modo que lo es la víctima o víctimas del timo, como en "Los impostores" . En "Ocean's thirteen", para hacer el butrón del robo... ¡recurren a la tuneladora del canal de la Mancha! Además, en cualquier momento del eterno metraje, uno es capaz de predecir lo que va a pasar. Con menos gasto, podían haber hecho una telenovela, más o menos con los mismos chistes. Pero si lo que habían querido hacer era una parodia o una comedia; la cosa tampoco tenía gracia. Da la impresión de que el director, Soderbergh, no deja actuar a su plantilla de estrellas, con lo que el engendro se queda en un montoncito de actores consagrados haciendo el payaso, en el peor sentido de la palabra.
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