Ir al contenido principal

Los ríos de color púrpura


Me llamó la atención que le hubieran soltado tanta pasta a un director europeo, Kassovitz, para hacer la fallida "Babylon A.C."; así que busqué este thriller que tuvo bastante repercusión cuando su estreno. Tenía críticas favorables y un título prometedor. Además, supongo que cubrió cuota europea de pantalla.
La cosa empieza muy bien y muy clásica: un asesino en serie en un entorno natural sobrecogedor (los Alpes franceses), simbolismos cruzados (la pureza, la endogamia, el pasado, los ojos) un poquito de miedo y otro poquito de tripas. Y la clásica pareja de policías contrapuestos; pero ni Reno es Freeman ni Cassel es Pitt. Y entonces empiezas a darte cuenta de que la película tampoco es "Seven". Durante un rato es entretenida: los policías van de aquí para allá sin adivinar nada, el asesino les va dejando las miguitas. Pero así yo también me saco el carné de detective francés, si me van dejando todas las pistas. En un momento dado, Cassel se monta un numerito de artes marciales que no viene a cuento contra unos neonazis (supongo que votantes de LePen) y todo el edificio, que ya estaba temblando, se desmorona. El final es inverosímil y además, no hay quien se lo crea.
Lástima de título y de decorados alpinos. Lo verdaderamente misterioso es que le sigan dando tanto dinero para hacer películas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los Ases del Jiloca.

Hay una tierra donde el verde y el rojo libran una batalla encarnizada para que los miren. Esbeltas torres de ladrillo surgen del suelo, milagrosas. Mírame a mí, dicen. Fueron minaretes de las viejas mezquitas que los adustos antepasados del Pirineo convirtieron en iglesias. Los álamos, que crecen altos y fuertes desde la frescura, no se dejan vencer. Miradnos a nosotros, gritan también. Es una tierra tan hermosa que un británico se quedó sin respiración al ver un atardecer. Es un país de pueblos escondidos en los barrancos de arcilla, esperando que pase el hielo del invierno ártico y el calor del verano bereber. Siempre esperando a ver lo que mandan otros, lo que dicen otros. En una espera sin esperanza. Es una tierra de bellezas solitarias y únicas. Y es mi tierra. Como en otras nocheviejas, mi cuñado y yo, ron en mano, huimos de la tele convencional, a pesar de nuestra respetable edad. En la del 2024, le puse unos vídeos de Youtube de "Los gandules" . Y nos reímos a mandíb...

El secreto de Santa Vittoria.

Golpe de estado en los USA, yo no encuentro el boli, Hitler sigue matando niños en el gueto de Gaza, estas peras de San Juan no tienen ningún sabor, a Macron le pega su mujer, las materias primas se van acabando y la única receta es aumentar el presupuesto militar para la gran rapiña final. Solo nos queda la ilusión de que cuando Bildu, ERC o Pueyo, el de Fonz, fuercen al camarada Pedro a convocar elecciones, el año que viene, la candidata a la presidencia del gobierno sea la madrileña, a ver si se dan el gran batacazo, nos reímos mucho y ellos aprenden de una vez qué es España (y Portugal). Cuando uno envejece en tiempos tan oscuros, se aferra como un aterido náufrago a sus viejos cánones, a sus libros y pelis preferidas. Nos encerramos en nosotros mismos, en nuestras listas y en nuestros hábitos. " En tiempos de tribulación, no hacer mudanza " recomendaba el santo soldado de Loiola. Y muy arriba entre las películas de mi canon está "El secreto de Santa Vittoria" (...

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...