Ir al contenido principal

Lo pequeño es hermoso: el circo Fele.


Tradicionalmente, los circos han buscado la ciudad de Valencia durante lo crudo del invierno, huyendo del frío del interior. Así que uno de los muchos privilegios de vivir en esta ciudad al lado del Mediterráneo es que siempre hay una oferta abundante de espectáculos circenses en navidad y año nuevo.
Es difícil entender lo que significaba el circo para los espectadores de otras épocas. Para nosotros, educados en el espectáculo televisivo, todopoderoso y avasallador, toda heroicidad en el alambre es poca, todo malabarismo es pobre, todos los payasos son pueriles. Supongo que sólo los más pequeños son capaces de captar por un instante la magia heróica y sublime del directo, la imperfección maravillosa del que fuera el mayor espectáculo del mundo, porque no comparan, porque no clasifican, porque viven plenamente ese instante.
El Fele, nuestro circo preferido, es uno de los que ofrecen sesiones durante estos días. El domingo asistimos a la última de la temporada. El Fele es un circo pequeño que ha sobrevivido en esta época de grandiosidades de cartón piedra, a base de hacer algo con cierto aire alternativo y humilde; pero con sus ratitos brilantes y tiernos. Su espectáculo se basa en dos ideas: no usa ni animales ni rollos de la tele. Los artistas recogen las cuerdas y barren y saludan a la salida. No es el Circ du soleil, ni el gran circo chino, ni americano. Es pequeño y es de aquí.
Me vino a la mente el título de uno de los primeros libros ecologistas: "Lo pequeño es hermoso" (1973), de Schumacher. Al acabar la función, volvimos a casa caminando, protegiéndonos de la fría humedad del río. A lo lejos, fantasmales, enormes, carísimos, estaban los edificios de la llamada Ciudad de las Artes y las Ciencias. Por dentro, estaban vacíos.

Comentarios

Sr.PLA ha dicho que…
Gracias por estas pequeñas palabras y por venir a nuestro vuestro circo...de parte de toda la compañia del Gran Fele....
El Sr.PLA payaso del circo.Abrazos

http://placomix.blogspot.com/
Anónimo ha dicho que…
Sr. Plá, ¡que ilusión encontrarle aquí!, junto a la mesa camilla familiar que somos todos los que apreciamos lo pequeño y cercano por encima de lo grande y estridente. La risa, la sonrisa, el entusiasmo, la sorpresa, la ternura...son algunas de esas pequeñas cosas que no se logran con máscaras, atrezzos lujosos o imitaciones mediáticas...quién es capaz de provocar esa magia lo hace con sus manos, con sus piernas, sus brazos, su entrega; lo hace desde el corazón y la vocación.

Mil gracias pues por esas 10 ocasiones para la felicidad. Irene, mi hija, tenía cuatro años. Hoy, con 14 sigue apuntando cada Navidad en el calendario la cita con el Circo Fele, nuestro circo :)

Amparo, la de Daniel El Mochuelo

Entradas populares de este blog

El secreto de Santa Vittoria.

Golpe de estado en los USA, yo no encuentro el boli, Hitler sigue matando niños en el gueto de Gaza, estas peras de San Juan no tienen ningún sabor, a Macron le pega su mujer, las materias primas se van acabando y la única receta es aumentar el presupuesto militar para la gran rapiña final. Solo nos queda la ilusión de que cuando Bildu, ERC o Pueyo, el de Fonz, fuercen al camarada Pedro a convocar elecciones, el año que viene, la candidata a la presidencia del gobierno sea la madrileña, a ver si se dan el gran batacazo, nos reímos mucho y ellos aprenden de una vez qué es España (y Portugal). Cuando uno envejece en tiempos tan oscuros, se aferra como un aterido náufrago a sus viejos cánones, a sus libros y pelis preferidas. Nos encerramos en nosotros mismos, en nuestras listas y en nuestros hábitos. " En tiempos de tribulación, no hacer mudanza " recomendaba el santo soldado de Loiola. Y muy arriba entre las películas de mi canon está "El secreto de Santa Vittoria" (...

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

El niño que miraba al mar (Luis Eduardo Aute)

Tomás, compañero y sin embargo, amigo, me manda esta fervorosa reseña del concierto que compartimos la semana pasada: ¡Aute sigue en plena forma! Será porque nos mentalizamos para un homenaje al maestro, al que suponíamos agostado, será por envidia; pero es lo primero que me sorprendió de un concierto vibrante de música, letra y ritmo. Fue en La Rambleta, en Valencia el 28 de noviembre. Aute ya tiene 71 años, nunca ha exigido mucho a su voz y las mesas de mezclas hacen maravillas, pero todo eso no desmerece que sonó limpio e intenso. Uno no puede menos que preguntarse cuál será el secreto de su vigor, y cómo aplicárselo. Cantó las canciones de su último disco “El niño que miraba el mar” y algunas de sus discos anteriores, ya 46 años componiendo. Al final del concierto se centró en las históricas las de los 70 y 80 después de haber amagado tres veces con terminar e irse. Total 3 horas sin descanso. Se hicieron cortas. Le acompañaron tres músicos muy buenos, incluido s...