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La fiesta de las salchichas.



Roberto comentó algo sobre la peli en un almuerzo. Así que cuando tuve que llevar a los muchachos al cine de Lorca, lo tuve claro. Y ellos también. Y resultó que la peli era más fuerte de lo que yo pensaba. Había más chistes y escenas sexuales de lo previsto. El resultado fue que a Antonio y a Ana no les gustó (se tapaban los ojos). A Lola, sí, y es que percibió que la cosa era muy adolescente y muy hormonal. Todavía no sé si hice bien llevándoles a verla; pero yo me lo pasé en grande. Espero no haberles traumatizado demasiado. Quizá de adultos se acuerden de esa salchicha que dice palabrotas y sueña con penetrar al panecillo, de ese irrigador vaginal enloquecido o de ese plan de pita que espera ser empapado por muchos aceites de oliva virgen.


Los alimentos y productos del  supermercado “Shopwell’s” esperan que “los dioses” los elijan y los lleven a ese paraíso soñado. Descubrirán que la realidad ahí fuera es algo tan terrible que no puede ni imaginarse. O sea, que la gamberrada de los Rogen, Golberg y Franco toca de lleno a la religión, a la política, al  consumismo, a las adicciones y a muchas de las cosas absurdas de este mundo absurdo. Predigo que, después de la victoria de Trump, gentuza como esa se tendrá que exiliar en México. La peli decae un poco al final y se hace demasiado ruidosa y aventurera. Pero supongo que si quieres hacer una parodia de lo Disney, tienes que hacer ruido y poner aventuras.


El descubrimiento por parte de los alimentos de que solo son objetos concebidos para el placer de “los dioses” tiene mucho de “Matrix”, es decir, del mito clásico de la verdad revelada. Ese innato temor que los humanos siempre hemos tenido: descubrir que no somos sujetos, sino objetos de otros. El otro día vimos una reposición del capítulo 100 (octava temporada) de “La que se avecina” con una variación del mismo tema universal. La revolución (social y sexual) de las salchichas, en plan “Animal farm” es también una variación de otro tema universal. Los objetos que luchan contra sus creadores y, por tanto, se vengan de ellos. Del mismo modo, que tal como prevén algunos, hará la AI “dura” con nosotros.

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