En un país normal, no hay ni reyes ni nobles. Y todos tienen lo que su esfuerzo y su ingenio les va dando. En un país un poco anómalo, hay reyes depuestos y nobles que prefieren no alardear mucho de sus títulos. Porque hay lindas guillotinas expuestas en las plazas públicas. No están para ser usadas; pero sí para recordarle a todo el mundo que " O povo é quem mais ordena ".
En un país anormal, como este, hay reyes y nobles que presumen de sus títulos. Países-mierda, es quizá el término exacto para esta clase de países anormales. En este país anormal, el rey viejo es un delincuente obsesionado por el sexo y los anormales le aplauden aún sabiendo que cobraba dinero por defender los intereses de otros países y que no pagaba los impuestos que tocaba. Y encima viene a chulearle al hijo, el rey nuevo. Pero todavía es más anormal la existencia de nobles y cortesanos, que no se avergüenzan de sus títulos rancios. Es más, se aprovechan de ellos para cobrar comisiones en las administraciones públicas y trincar el dinero que pagamos tanto los anormales que aplauden como los demás súbditos. Y por si fuera poco, de vez en cuando, se permiten insultar a la plebe. En el 2011, Cayetano Luis Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, IV duque de Arjona y XIV conde de Salvatierra, Grande de España, tachó a los andaluces de vagos, de flojos. Un tipo que es la personificación de la injusticia social, que es el heredero de los que más han contribuido al subdesarrollo y a la pobreza de un pueblo, se permite opinar así de las víctimas de un sistema creado para beneficiar a su familia. En respuesta, uno de los grandes letristas de los Carnavales de Cadiz, compuso esta joya del idioma. Observen a los compañeros de la chirigota cuando escuchan al ya fallecido, el gran Juan Carlos Aragón Becerra, cantándoles lo que se le ha ocurrido en respuesta al Cayetano. Notan que están escuchando a un genio. Se les pone el vello de punta. Como a cualquiera que ame la hermosa lengua castellana, con todos sus acentos.
La vida del "chulángano, aristócrata, parásito" ya ha tenido un sentido. Además de cobrar gigantescas subvenciones europeas a la agricultura, ha inspirado esta obra maestra. Cayetano, ya puedes descansar.
En la última semana, me he interesado más por todo el arte que esconden las letras de las chirigotas. Y más de una vez, me he sentido abrumado, desbordado, por el poder poético de estas composiciones. Escuchen por ejemplo, a "Los renacidos":
De entre todas las gentes de las Españas, los andaluces han sido los más maltratados, los más desfavorecidos. Conquistados, derrotados una y mil veces. Por ello, el pueblo andaluz es el creador del flamenco, el producto más elevado del arte español y una de las manifestaciones más profundas de la soledad, del dolor humanos.
La música popular andaluza siempre ha estado acompañada de un debate. ¿Era una herramienta de liberación social o era un entretenimiento que los poderosos podían comprar? Ese debate llega hasta nuestros días de muchas formas distintas.
Los tiempos que vienen no son buenos para Andalucía. Vuelven los Cayetanos, los conquistadores del XIII al XV. En el 36 vinieron con el CTV y la Legión Cóndor, Ahora vienen con muchas banderas, para emocionar a los anormales. Pero no podrán engañar mucho tiempo a mucha gente. No a ese pueblo, que tiene tanto arte.
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