Durante los días de las vacaciones navideñas, me entretuve viendo y leyendo cosas un poco distintas a lo habitual. Supongo que para eso son las vacaciones.
Vimos en la tele "Arde Mississippi"(Alan Parker, 1988). Los chicos del FBI (Dafoe y Hackmann) investigando unos asesinatos racistas en el profundo sur durante los años del presidente Johnson. Cuando el tío Sam se pone a hacer algo lo hace a lo grande. Es una peli que me parece mejor cada vez que la veo. Y es que el tema que trata no pasa de moda, ni en Estados Unidos, con su flamante presidente mulato, ni en Europa, ni en ningún sitio. Y cinematográficamente, me parece buenísma. Cuando aparecía Hackman, mi hermano y yo aplaudíamos felices. Frances Mc Dormand inspira mucha ternura, por contraste con los malos. Porque los malos son muy malos y muy racistas y merecen unas bofetadas del Hackman. Y con ello volvemos a la pregunta de siempre: ¿el fin justifica los medios? ¿está la tortura justificada cuando se trata de detener a los torturadores?
Vi en DVD "Appaloosa", el western que ha dirigido e interpretado Ed Harris, que de mayor quiere ser como Eastwood. De hecho, la lanzaron como la sucesora de "Sin perdón". Pero no os dejéis engañar, la historia es aburrida y predecible, muy lejos de la obra maestra de Eastwood. En el argumento, homenajean a algunas pelis clásicas. De acuerdo a los cánones del género, salen unos indios a los que se presenta como parte del decorado, sin plantear sus razones para luchar o para resistir. Supongo que si hubieran sido los incas los que hubieran aparecido a este lado del océano, en las superproducciones en quechua, aparecerían alemanes o aragoneses escapados de sus reservas. Quizá lo único que salva a "Appaloosa" son las buenas interpretaciones de Mortensen, de pistolero, de Zellweger, de puta vocacional y de Ariadna Gil, de puta de verdad. Por cierto, todavía no le he devuelto el DVD a mi amigo Javi.
Para practicar mi inglés, he leído una novelita de Agatha Christie "Murder is easy" y una versión simplificada del best seller de Fosyth "The day of the jackal". En mi lejana adolescencia, cuando leí por primera vez la historia del Chacal, magnicida profesional, me impresionó mucho. Supongo que la idea del asesino todopoderoso, que fría y calculadoramente sortea todas las dificultades que aparecen a su paso, tiene mucha fuerza. En la historia contemporánea española, también tenemos nuestro Chacal particular. Aunque fue silenciado por la mayor parte de la prensa, el etarra Rego Vidal tuvo varias veces a tiro a nuestro campechanísimo rey.
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