La peli, un acierto. El cine donde la vimos, un error. La sala estaba demasiado llena y es que los tropecientos Oscars tiran mucho. Así que cuando en la pantalla ya estaban apareciendo las primeras imágenes de la pelicula, poderosísimas, brutales, todavia habia gente entrando, haciendo ruido, con sus grandes paquetes de palomitas y sus hectolitros de Coke. Supongo que el sabado es para todos, independientemente de su sensibilidad o de su gusto para las pelis. Por otro lado, me dio la impresión de que la historia pierde mucho con el doblaje. Sobre todo, porque uno de sus principales escenarios es la India televisiva, es decir, globalizada, mestiza, angloparlante, occidentalizada, falsa. Y creo que solo en la version original (en inglés) se puede captar algo del contraste con la India real, mísera, populosa, antiquísima, sabia.
Se trata del viejo modelo narrativo "principe rescata a princesa", pero lo original del asunto es que las pruebas a las que se ve sometido el principe son las preguntas del concurso "¿Quien quiere ser millonario?", version hindú, que es como la version española, pero con preguntas sobre hinduismo y sobre cricket. Se trata de una escusa bien orquestada para contarnos la vida del protagonista, nacido y criado en los infinitos suburbios de Bombay, es decir, un "slumdog", un perro callejero, un nadie. Creo que son unos 100 millones. Hay esquemas parecidos a la imprescindible "Cidade de Deus"; pero con más concesiones, menos contundentes. Con todo, los padecimientos dickensianos de esos niños mendigos impresionan y son lo más valioso de la pelicula. A nuestro lado, seguian comiendo palomitas.
Luego, la historia se desdibuja un poco y va perdiendo peso cinematografico. El niño crece y sigue con la busqueda de la princesa. Y es que Boyle (Trainspotting) quiso hacer, sobre todo, un producto comercial, vendible, muy vendible. Según avanza la historia, vemos la evolución de la India (Bombay pasa a llamarse Mumbay y los basureros ya están un poco mas escondidos). Hay un poquito de drama y un poquito de emocion. La historia se cierra de manera previsible, con el grado justo de acidez y con mucho color y entonces uno comprende que no esta viendo una pelicula hindú, sino una pelicula inglesa sobre la India, es decir, que estamos visitando un parque temático, muy bien ejecutado, y con mucha magia, pero de cartón piedra.
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