Yo soy uno de esos tipos que pierden el tiempo con las cuestiones identitarias. Otros lo hacen con el fútbol, que, en el fondo, es lo mismo.
Así que leí este ensayo de Juan Pablo Fusi, en busca de ciertas verdades o seguridades. El autor advierte desde el principio que la idea de nación es, posiblemente, la más compleja que las ciencias sociales han creado. Es decir, aquella frase tan famosa y tan criticada sobre lo "discutido y discutible" del concepto. Las casualidades (la muerte del intante Juan en 1509), las derrotas y las victorias (Almansa , Elvas) parecen tener tanta importancia como los largos procesos de cohesión y culturización. Fusi se protege diciendo que no hay una causalidad ni una necesidad en estos procesos históricos de creación de identidades.
El libro de Fusi se enmarca en el actual debate sobre la naturaleza de la nación española que la aparición de los nacionalismos periféricos han propiciado. Durante siglos, ese debate se dirigió al estudio e interpretación del pasado, hoy se centra en la existencia misma del concepto "España".
Fusi analiza las ideas que se han formulado históricamente sobre la identidad nacional y combate ardumente el modelo de la excepcionalidad. España no sería diferente en lo fundamental de las otras dos grandes comunidades nacionales del occidente Europeo: Francia y Gran Bretaña. Las tres comunidades crearon su Estado Nación con centro en los reinos más poderosos y poblados: Castilla, Ille de France, Inglaterra, alrededor de una monarquía absoluta y modernizadora y con un calendario parecido (en 1707, tiene lugar tanto el Decreto de Nueva Planta como la unión entre Escocia e Inglaterra). En todo caso, las dos ramas de los Trastámara se habrían adelantado y eso habría proporcionado a las Españas la hegemonía durante el XVI y gran parte del XVII. Fusi defiende, pues, con argumentos muy razonables la existencia de una "nación" española cohesionada y consciente de sí misma, basada en el catolicismo y en la limpieza étnica, anterior a la edad moderna. Reconoce que la debilidad del estado español durante el XIX y el semifracaso de la burguesía liberal impidió una cohesión nacional completa (aunque no lo diga explícitamente, se intuye la omnipresencia de Francia como modelo de entidad nacional).
El libro no me ha satisfecho. Entiendo que hay cosas que Fusi no puede hacer, por ejemplo, poner una fecha de nacimiento a España como nación (1812 sería una fecha muy linda); pero me queda la sensación de que deja muchas preguntas por contestar, especialmente en lo que se refiere a acontecimientos históricos y políticos. ¿Cómo es que no forman parte de la España actual territorios como Portugal, Sicilia o Nápoles, que fueron tan históricamente "españoles" (en el sentido que Fusi usa el término) como Galicia, Vizcaya o Canarias? ¿Cuándo asumen los aragoneses y los valencianos y a través de qué procesos su "españolidad" o "castellanidad" cultural y jurídica? ¿Es esta aculturización completa? ¿Fueron el duque de Híjar o "l'encobert" de Xàtiva más o menos "españoles" que Costa o Zumalacárregui? ¿Es que la rebelión de Cataluña durante el reinado de Felipe IV (III en la Corona de Aragón) no es una muestra de una identidad "nacional" alternativa? ¿Hasta qué punto han sido y son los privilegios fiscales vascos y navarros compatibles con el proceso de creación de una identidad nacional española? Fusi no ataca esas cuestiones históricas en profundidad y hace más hincapié en los aspectos culturales del proceso. Así que, al final, nos quedamos con una lista de escritores, pintores y tratadistas que son definidos como "españoles" y la sensación de que nada queda demostrado. Es decir, se asume como punto de partida la existencia de una nación, "España" y se establece una continuidad en el tiempo de esa idea; pero una circularidad molesta flota sobre todo el texto y no puedo evitar pensar que cualquier autor podría construir un ensayo parecido, quizá menos erudito, para cualquier "entidad nacional" que se le ocurriera: la Padania, Murcia, Euskal Herria o Disneylandia.
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