El sábado fuimos al cine. Por eliminación, entramos a ver esta producción española de la pareja de directores Félix Sabroso y Dunia Ayuso. La peli trata de una familia en la que el padre está aquejado de esquizofrenia y los tres hijos tampoco están demasiado bien. Una inquietante Geraldine Chaplin preside toda esta colección de tristezas y dramas como madre dominante y omnipresente. La historia es un interesante acercamiento a cómo la enfermedad es generadora de enfermedad y cómo los hijos asumen las cargas procedentes de los padres en un doloroso ciclo sin fin.
Aunque los directores consiguen que uno empatice con la situación y se empape de las sombras que pueblan la vida de la familia, el problema es que la historia no se resuelve; porque en cierto modo, no se puede resolver. Los personajes, a pesar de las buenas interpretaciones, parecen por momentos, poco creíbles. En especial, el personaje interpretado por un excelente Alberto San Juan, que es un profe de instituto con graves problemas para la interacción social, que todavía vive en la casa familiar y sufre aterrorizado por la posibilidad de desarrollar la esquizofrenia del padre. Lo extraño del asunto es que es profe de literatura y la cosa, a mí, no me cuadra demasiado. Y eso que he conocido a bastantes profesores tarados, os lo aseguro.
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