Ir al contenido principal

The Karate Kid (2010).


Los de mi generación vimos muchas pelis de chinos. Era el penúltimo género al que recurrieron los cines de los barrios obreros, antes de pasarse a las clasificadas S y cerrar. Las películas de artes marciales eran sencillitas, honradas, fáciles de ver y de entender. Por lo general, tenían un protagonista que daba unas hostias como panes, recitaba haikus y siempre vencía a los malos. El más famoso fue Bruce Lee. Y como éramos inocentes y nos conformábamos con poco, todos queríamos saber artes marciales para defendernos de los tipos chungos que nos amedrentaban. Es decir, el mismo mecanismo de huída que ofrecían los superhéroes de la Marvel; pero menos fantasioso. Así que los gimnasios se convirtieron en buenos negocios (en mi suburbio eran todos coreanos huídos de la guerra que enseñaban taekwondo). Claro que cuando ibas al gimnasio te dabas cuenta de la diferencia que hay entre el cine y la realidad, esa que hace que todo el mundo prefiera el cine. Pero entre acrobacia y acrobacia se fue colando un poco de sabiduría oriental, es decir, de sabiduría.

Así que no me podía negar a ir a ver este estreno. Se trata de un remake del éxito del 84, con más presupuesto y un protagonista más mono, si cabe: Jaden Smith, el hijo del todopoderoso príncipe Will Smith. Hay que reconocerle al niño que lleva el arte en la sangre y todo lo hace bien. Le han puesto de profe de kung-fu a Jackie Chan, un habitual del género y les ha quedado una peli bonita y suave, casi Disney, con mucho karma y mucho chi, que además, transcurre en el origen de todas las cosas: China. Ideal para hacer la digestión de las palomitas y la coca-cola.

Comentarios

Ángel Miguel ha dicho que…
Después de leer lo que has escrito no puedo resistirme a verla.

Entradas populares de este blog

Franco y Trujillo

Ayer cayó un chaparrón agradable que refrescó las calles de Santo Domingo. El agua corre hacia el malecón. La desmesurada capital de la República Dominicana, la primera ciudad de América, siempre mira al mar. Por ese mar, llegaron los antepasados españoles y los desgraciados antepasados africanos. Por ese mar, llegan de vez en cuando los invasores estadounidenses y los huracanes.  Santo Domingo fue el principio de todo: desde allí salieron hacia tierra firme los  aventureros sedientos que conquistaron el mundo para el rey de las Españas, el primer puerto seguro, el primer fuerte a salvo de los pobres taínos que no podían entender el infierno que había venido de otro mundo, más frío y más oscuro. Santo Domingo fue la primera catedral, la primera universidad, la primera ciudad extremeña a miles de leguas de Extremadura, la primera casilla de la terrible partida de ajedrez que las potencias europeas jugaron en las Américas. A Santo Domingo, ruidosa, desordenada, sonriente, le cam...

La sospecha de Sofía

Merche no aguanta demasiado tiempo en casa. Acabábamos de volver del Teruel de Teruel; pero insistió en ir al cine. Nos comimos unos bocatas con poca gracia y entramos a la vacía sesión de las 22:30. Soy un facilón. La película se basa en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica. Es una historia de espías y de gemelos que se intercambian. Y como decorado, la España de los 60 y la Alemania Oriental. Da la sensación de que a alguien, en algún despacho madrileño de esos donde se manejan los dineros para lo de la cultura y el postureo, le gustó mucho la novela. Y le apeteció una película con mensaje sutil: Franco era malo; pero los comunistas aún eran peores. Y una vez más, ha quedado demostrado que no siempre sale una peli digerible de una novela que se vendió bien.  Es lo que tienen las historias de gemelos, que son difíciles de creer.  Siguiendo con obras maestras ambientadas en los 60, me viene a la memoria una de las últimas películas protagonizadas por mi paisano Paco...

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (2)

Mis perritas, Lara y Bimba se pasean todas las mañanas por el Museo del Prado porque es de todos. Es público. Es de los españoles, de la humanidad y de la caninidad.  Cada vez que algo valioso pasa al común, a la universidad, como decían los antiguos, es un pasico adelante en el lento curso de la historia, esa fulana retorcida. El museo, como tal, fue fundado durante el reinado de Fernando VII (IV en Aragón). El llamado "rey felón", además de un pene grande y de un criterio moral pequeño, heredó la más formidable colección de arte pictórico de la civilización occidental. Afortunadamente, en 1814, decidieron dar cobijo a ese inmenso tesoro en el edificio que había diseñado Juan de Villanueva antes de la francesada. En 1869, tras la primera expulsión de los borbones (aplausos y vítores), se declaró el museo y su contenido "bienes de la Nación". Me gusta contemplar el "Agnus Dei" de Zurbarán. El maestro usó varias veces el motivo del cordero sacrifi...