Vuelvo a ver con placer este clásico del cine bélico (Petersen, 1981). Es la versión del director, más larga que la que Columbia films adaptó al inglés. La peli cuenta la historia del submarino U96. El submarino hunde cargueros británicos en el Atlántico y luego lo envían a combatir al Mediterráneo. Durante la segunda guerra mundial, el arma submarina fue la gran esperanza alemana de dañar al imperio británico. De algún modo, su contrapartida fueron los llamados bombardeos "estratégicos" sobre la población civil. Es decir, formidables batallas tecnológicas en las que los anglo-americanos acabaron venciendo a los prusianos, después de que ambos bandos sembraran de muertos el fondo del océano y redujeran las ciudades alemanas a escombros. Los personajes y el ambiente agobiante a bordo, entre épico y dramático, enganchan. Acostumbrados a ver pelis sobre la segunda guerra mundial donde los yanquis son los buenos y los alemanes algo parecido a zombies (supongo que por el consumo de Pervitin), las películas bélicas alemanas son mucho más sugerentes (como la imprescindible Stalingrado).
Es una peli sobre héroes callados, como el capitán (Prochnow) del que me enamoraría ya mismo si tuviera estrógenos. Pero también es una peli sobre la tecnología alemana: sobre el barco "Das Boot" que es capaz de desafiar a la todopoderosa armada británica. Los alemanes fueron capaces de transformar la debilitada Reichsmarine en la amenazante Kriegmarine nazi en menos de 10 años. Lástima de esfuerzo y de prodigio organizativo. Recuerdo cuando visité el Deutches Museum de Munich con mi compañero Salva. Nos dimos cuenta que los alemanes mostraban al mundo con orgullo que lo "alemán" era la tecnología, el diseño. El "museo español" es obviamente, el Prado, que muestra la mejor colección mundial de arte. El British Museum muestra lo que los británicos pudieron robar aquí y allá.
Comentarios
Ah, el submarino que ves es el de Indiana Jones. Ves, con un poquíto de atrezzo de una clásico menor o mediano, se hace uno mayor. Lo bueno de DAS BOOT es que contiene todos los tópicos ya vistos en décadas anteriores en las sub-movies, pero curiosamente hace que sean los anteriores los que parezcan viejunos.
LO único decente de la Kriegsmarine eran Doenitz, en parte Raeder y el arma submarina. Su politica de suoerficie fue digna de aficionados. Alemania podría haber ganado la guerra del frente del Oeste con U boots como Rusia ganó la el Esta a base de T34s... pero vamos que igual le preguntas a MAnolo y te da mejores argumentos!.
Lo que de la película se quiera deducir, ya es a gusto del consumidor. Las relaciones (o no relaciones) entre la alemania nazi y la pérfida albión darían para tres programas de La Sexta Noche, con tertulianos recordándose entre ellos el pasado porcino de sus ancestros.
No veo una relación directa entre los bombardeos aliados sobre Alemania, que se intensifican de forma masiva a partir de mediados del 43, y los ataques alemanes a convoys con Uboote, que alcanzan su punto álgido entre los años 40 y 42. La destrucción masiva de las ciudades alemanas fue una forma, por cierto efectiva y exitosa, de intentar minar la voluntad de lucha del pueblo alemán, más que una forma de destruir su capacidad industrial.
Hay varios mitos en cuanto a las "capacidades técnicas" alemanas. El tratado de Versalles prohibía los medios acorazados y la Luftwaffe, y permitía una Kriegsmarine que no servía ni para patrullar el estanque del Palau de la Música. Es poco conocido, pero Alemania desarrolló sus medios acorazados a partir de intercambios de información con la URSS a mediados/finales de los 30 y posteriormente a raiz del pacto de no agresión y de la tecnología "robada" a Skoda como consecuencia de la invasión de Checoslovaquia. Tendemos a olvidar que la URSS y Alemania fueron "aliados", o al menos "vecinos molestos" hasta finales de 1940.
Tanto el T34 como el M4 Sherman tenían 2 virtudes: se producían en masa, con mentalidad de fabricante de coches baratos, y eran muy fáciles de operar, mantener, y reemplazar. El catálogo de medios mecanizados alemanes es más extenso que el listado de novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Bastante inmanejable para una producción sostenible y en masa. De hecho, JAIME no para de asombrarme cada vez que me manda información. Descubro nuevos tipos y formas, pero eso sí, con producciones un tanto ridículas, o retirados de servicio por no tener piezas, o por no responder a las necesidades reales de la Wehrmacht.