Ir al contenido principal

Tres canciones para Benazir.

Zapeando en Netflix, nos encontramos este corto y nos atrapó a ambos. Cuando acabó, nos quedamos pensativos. A veces, las grandes ideas o las emociones más terribles no necesitan de épica, de paisajes sobrecogedores o de las bandas sonoras de Williams. La vida humana, con sus fríos, sus hambres, su belleza y su falta de sentido, no necesita grandes escenarios para ser contada. Solamente de personas que quieran escuchar los lamentos y las canciones de amor de otras personas.

Shaista está casado con Benazir. Alguien con buen oído sabría si hablan en pashtún, en dari o en uzbeko. Lo cierto es que son morenicos con un aire oriental. Viven en una humilde choza con paredes de adobe y paja, en algún barrio de refugiados, en alguna ciudad en ruinas de Afghanistán. Por si no lo recuerdan, de 2005 a 2014, allí hubo tropas españolas, repartiendo caramelos.  Entre las chozas, por las callejas de barro, llenas de desperdicios, corre un reguero gris. Merche, ingenua, preguntó qué era. Shaista le canta canciones desafinadas a Benazir, que pone cara de enamorada y se tapa la sonrisa, con vergüencita. Shaista quiere mejorar y pretende alistarse al ejército nacional afghano que intentaron montar los yanquis. Pero los viejos de la tribu no le dan permiso. En su lugar, le recomiendan trabajar en los campos de adormidera. Pero Shaista se engancha al opio y acaba, más tonto de lo que ya estaba, en un hospital psiquiátrico. Benazir, que sigue enamorada, va a verlo. Y ahí acaban los veinte minutos de la historia, que fue nominada a los Oscar del 2021.

¿Cómo abarcar toda la experiencia humana? ¿Cómo entender los sentimientos, el cortejo, los chistes, la rabia de las maldiciones pronunciadas en todas las lenguas? Somos tan distintos, somos tan iguales. A nadie le gusta ver a sus hijos andando descalzos entre la basura. A todos nos gusta que los nuestros estén orgullosos de nosotros. A nadie le gusta que le caigan bombas en la cabeza. ¿Cómo entender los progromos medievales y Auschwitz? ¿Cómo olvidar a los derrotados en las playas de Argelès? ¿Cómo abrazar a una víctima del terrorismo? ¿Cómo reparar todo el sufrimiento de los palestinos, masacrados en su propia tierra, convertida en gueto? Porque todo lo que ocurre en algún momento, repercutirá en toda la humanidad, más pronto o más tarde. Lo que ustedes están viendo en la tele, algún día pasará en su ciudad, en su calle. Metan en el chat el viejo poema de John Domne, tradúzcanlo y que la IA nos perdone:  

"No man is an island,
Entire of itself.
Each is a piece of the continent,
A part of the main.
If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less.
As well as if a promontory were.
As well as if a manor of thine own
Or of thine friend's were.
Each man's death diminishes me,
For I am involved in mankind.
Therefore, send not to know
For whom the bell tolls,
It tolls for thee."

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Haz las maletas.

En la redes de Musk reinan los bulos. En las tertulias de la tele, los que aspiran a tener un cargo en el cuarto Reich. Y en los bares y en las calles se empiezan a ver camisetas que nadie en su sano juicio se hubiera puesto hace diez años. Algunos llevan camisetas rememorando la 250 Infanterie-Division del ejército de Hitler. Ese ejército que causó una guerra en la que murieron más de 60 millones de personas, especialmente en la Unión Soviética. En España, donde siempre hemos tirado más a la poesía, a la 250 Infanterie-Division se la conoce por División Azul. En uno de los bares donde reposto, suele haber un cuarentón que lleva una camiseta con bastantes manchas. La camiseta luce una bonita rojigualda y el lema: "Esta es mi bandera. Si te ofende, te ayudo con las maletas". Dicho lema, todo hay que decirlo, no adolece de faltas de ortografía. El ligero sobrepeso del muchacho y sus horarios, parecidos a los míos, sugieren que vive de una paga, como mucha gente en mi barrio. ...

Ramón Llull

Hace unos meses, mi compañero Salva, me dejó en el casillero una breve biografía en cómic del teólogo y filósofo mallorquín. De las mareas de papel de su vecino despacho, salen a veces regalos agradables en forma de libros inesperados, guías descatalogadas u obsoletos manuales. Yo, envenenado y apasionado siempre por los viejos libros, agradezco feliz esos regalos. "Dinosaurios en el siglo de los bits, nacidos impresos y condenados a morir en algún contenedor de papel ", podríamos recitar, siguiendo al gran Zitarrosa.  Del cómic, perteneciente a la colección Cascaborra ediciones "Biografía en viñetas" , no tengo mucho que decir. El guión y el dibujo son de Marc Gras . Y el color lo ha puesto Nae Ed. No me siento capaz de juzgar el trabajo. Lo cierto es que me abrió el hambre, ya que lo que contaba el cómic y lo poco que yo sabía de él se me quedaba corto. Llull nació en la recién conquistada Mallorca. Su familia había seguido a Jaime I desde Barcelona. Y creció en e...

Causa justa

Muchos críticos cinematográficos consideran al "drama judicial" como un género en sí mismo. En esas pelis, lo normal es que los jueces sean justos, neutrales y sabios. Los abogados se afanan, casi siempre a contrarreloj, en buscar o rebatir pruebas y en convencer al jurado. Y al final, hay una sentencia lógica y consecuente que resuelve el drama.  "Causa justa" es un drama  de 1995 que tiene todos los ingredientes para ser interesante: manglares, calor, el racismo en los Estados Unidos, la pena de muerte y sobre todo, a Sean Connery. ¡Qué guapo era ese hombre! Ves cualquiera de sus películas y te haces gay o nacionalista escocés. Con mozos así, no me extraña que el Scottish National Party mantenga el 40% del apoyo electoral. La Chunta Aragonesista no pasó nunca del 15%. Se conoce que el bueno de Labordeta no era tan atractivo. Aunque, ahora que lo pienso, el diputado Jorge Pueyo sí que daría como el nuevo James Bond de la Ribagorza. No todo está perdido en el pequeñ...