Ir al contenido principal

El auge del cristianismo


El otro día, compré, de saldo, "El auge del cristianismo" de Rodney Stark (1996). En mi ciudad, es fácil encontrar volúmenes baratos de la Editorial Andrés Bello, acerca de los más diversos temas. El asunto que trata el libro me interesa desde hace tiempo: ¿cómo pudo convertirse en religión oficial del imperio una secta mesiánica, en principio insignificante, nacida en uno de sus confines?¿por qué triunfó la religión creada por Pablo y no los gnósticos o los cultos de Isis o de Mitra (tan parecidos)?
Stark, al parecer, ha trabajado en sociología de las religiones contemporáneas y aplica alguno de sus métodos a la historia del cristianismo de los cuatro primeros siglos. Sus métodos (especialmente los cuantitativos) me parecen pueriles, se basan en pocos datos fiables. Sin embargo, alguno de sus resultados parecen interesantes: contrariamente a lo que se piensa, el cristianismo en sus comienzos fue una religión de las clases altas urbanas, que tuvo especial arraigo en las comunidades de la diáspora judía. Me llamó mucho la atención la importancia que tuvieron para el éxito cristiano las dos grandes epidemias del 165 y del 251 d.c. Con todo, Stark da una visión positiva (casi militante) del cristianismo al que, atribuye, en los últimos capítulos superioridades morales sobre las religiones paganas que lo justifican (lo que quizá era la motivación principal de la obra)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

Entradas populares de este blog

Las bombas del 11M. Relato de los hechos en primera persona (1).

Todo el mundo dice recordar lo que estaba haciendo la mañana del jueves, 11 de marzo de 2004. Yo estaba durmiendo, y posiblemente, me levanté tarde y con algo de resaca. Quizá por ello, en los primeros momentos, no fui consciente ni de la terrible magnitud del atentado ni de las implicaciones políticas que tenía. No recuerdo exactamente cuándo me enteré de las cifras. Pero como a cualquier persona normal, se me debió helar la sangre en las venas. Acudí con mi hermano a la manifestación del 12 por la tarde. La tristeza no dejaba mucho sitio a la reflexión. Como le pasaba a mucha de la gente que había allí, la última mani a la que había ido fue alguna del año anterior contra la invasión de Irak, ese capricho imbécil del presidente Aznar. Desde su elevadísima altura, había decidido que su sucesor en el cargo sería M. Rajoy. Precisamente, los voceros del gobierno y los votantes del PP más perspicaces sí que advirtieron rápidamente el efecto político que tendría el atentado. La noche del 12

Las bombas del 11M. Relato de los hechos en primera persona (3).

Si no hubiera habido elecciones el 14 de marzo, los hechos que he descrito en la entrada anterior no se habrían puesto en duda. Los posibles fallos policiales y de inteligencia previos a los atentados (especialmente, los relacionados con la llamada "trama asturiana" y el control de la dinamita) habrían sido más o menos ocultados a la opinión pública y salvo en las casas de las víctimas, la vida seguiría más o menos igual. Pero hubo elecciones y el PP y muchos de sus votantes sintieron que se las habían "robado" y que Zapatero era un presidente "ilegítimo". Así que es lógico que, durante un tiempo, en el partido perdedor, negaran la realidad. Necesariamente tenía que ser ETA, porque nosotros nunca mentimos y los que fallaron fueron los votantes, que se dejaron engañar. Ya se sabe que los españoles son flojos e influenciables. En la comisión de investigación parlamentaria del 2004, muchas de las preguntas del PP intentaron, sin éxito, vincular a ETA con los

Las bombas del 11M. Relato de los hechos en primera persona (2).

En la mañana del 11 de marzo de 2004, un grupo de 10 terroristas yihadistas de origen magrebí colocaron trece mochilas bomba en trenes de cercanías en Madrid. Algunos de los terroristas habían sido previamente vigilados por la policía, e incluso alguno ya había sido condenado. No se probó judicialmente quiénes fueron los que dieron la orden y uno de los que puso las bombas no ha sido identificado. Los atentados de Casablanca del año anterior, en los que murieron 33 víctimas y 12 suicidas y las repetidas amenazas contra España en los medios yihadistas eran indicios claros de que se preparaba algo brutal; pero quizá los servicios de inteligencia no funcionaron bien. El explosivo era dinamita Goma-2 ECO. Tanto la dinamita como los detonadores fueron comprados al delincuente asturiano Suárez Trashorras, con el que el terrorista Jamal Ahmidan entró en contacto a través de otro delincuente, Rafa Zouhier. Los tres ya eran conocidos y confidentes de la policía antes de los atentados. E incluso