Ir al contenido principal

Juntos, nada más. (Ensemble, c'est tout)


“Juntos, nada más” sintetiza, nada menos, el conflicto universal entre el miedo a la soledad y el miedo a la convivencia; entre el anhelo de ser independiente y la necesidad de sentirse amado. Cliché que se repite a diario en espacios y rincones de cualquier ciudad. La casa, el espacio donde se va hilvanando la historia común de sus cuatro ocupantes ocasionales, es la auténtica protagonista de la película, puesto que es el puente que recorren sus inquilinos hacia la parte luminosa de sí mismos, hacia el equilibrio del conflicto. Franck, cocinero sin esperanzas, Camille, vecina que malvive en la buhardilla y Paulette, la abuela de Franck, llegan por este orden al espacioso piso de Philibert, en virtud del altruismo de este y de su necesidad de llenar de calor humano la propiedad familiar, una casona en decadencia surcada de pasillos oscuros, tapizados de moquetas que expelen retazos de polvo al pisarlas, cuyas habitaciones están custodiadas en su hálito de tiempos pasados por los rostros añejos de los antepasados de Philibert, quienes observan desde los lienzos colgados. Tal panorama va adquiriendo matices de claridad y los susurros se alejan cada vez más del silencio, al compás de la red de afectos y complicidades que se van tejiendo. Al final, el duelo eterno entre miedos y deseos se soluciona con coraje; el valor de decir “lo siento”, de pronunciar “te amo”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

Número 24

Benjamín, que sabe que me gustan las pelis sobre la Segunda Guerra Mundial, me avisó de que hacían esta noruega en Netflix. Supongo que la plataforma va repartiendo el presupuesto por países, para tener a todos los consumidores contentos. ¿Quién dijo que el nuevo tecnofeudalismo era antipático? Vi "Número 24" en una noche tristona y solitaria de este enero solitario y tristón. Lara  y Bimba dormían en sus casitas, felices. Merche dormía arriba, inquieta y preocupada. La estufa iba a lo suyo: a veces, locuaz y naranja y otras veces, oscura y tímida. Y yo, entre pelis, series y vídeos de Youtube  me iba acabando el excelente ron dominicano Matusalem que trajo mi cuñado para las lifaras navideñas.  La peli, parsimoniosa y lenta, cuenta las hazañas de  Gunnar Sønsteby,  uno de los líderes de la resistencia noruega contra los invasores alemanes. La historia transcurre en dos planos históricos: durante la guerra y cuando el anciano Gunnar, una gloria nacional, an...

Tres novelas históricas aragonesas.

Las tres novelas que voy a reseñar tienen una característica poco usual: tratan la historia de Aragón. Como es bien sabido, el imaginario histórico español ha tenido un punto de vista casi exclusivamente castellano. Las historias periféricas de los "otros españoles" nunca tuvieron demasiado espacio ni en los curriculos educativos oficiales ni en la recreación histórica. Sobraban. Cada uno de los grandes estados-nación europeos ha ido decidiendo qué visión de sí mismo quería construir y se ha dedicado a ello a conciencia. ¿Qué le vamos a hacer? Otros nacionalismos también han ido impulsando su propia creación histórica o pseudohistórica. Es irónico (pero triste) que en Cataluña se esté construyendo una recreación histórica de la antigua Corona de Aragón de la que se excluye a los aragoneses (y a los valencianos). Supongo que no quedan bonitos en la foto. El último ejemplo fue el superventas "La catedral del mar". Mi admirado Ernest Lluch identificó claramente el pr...