En plena crisis alimentaria mundial, veo este curioso documental, que venía con el periódico "Público", sobre la presencia masiva de la comida rápida en la dieta (y en la vida) de los norteamericanos. "Toda América es una franquicia de McDonald's. Es como los Picapiedra, el fondo es siempre el mismo. Los mismos edificios K-Mart, Wal-Mart, Mc Donald's, Wandy's. No tenemos ni idea de dónde estamos. Cézanne se inspiraba en los montes que veía por su ventana. Miro por mi ventana y no veo montes, sólo publicidad." dice uno de los entrevistados.
Spurlock es más soso y atontado que Moore; pero el documental no se hace aburrido gracias al reto masoquista que el autor se plantea a sí mismo: durante 30 días, toda la comida que ingiere procede de McDonald's: refrescos, big macs, mc nuggets, pasteles y patatas fritas, muchas patatas. O sea, lo que cualquiera de nosotros ha deseado hacer; pero "con fines pedagógicos". Los resultados asombran a los mismos médicos que le hacen el seguimiento: no sólo engorda y sus índices metabólicos se descontrolan, sino que su hígado empieza a deteriorarse igual que lo hace el de un alcohólico crónico. Impresionante.
El debate que subyace es si el consumidor es verdaderamente libre en el llamado "libre mercado". Las cadenas y los productores de comida rápida argumentan que se limitan a proporcionar al consumidor la comida que éste desea, en las mayores cantidades y a los mejores precios de la historia. Si el abuso de este tipo de comida es perjudicial, es un problema del lado de la demanda, no del lado de la oferta y que no debe haber regulaciones al respecto. Además, ya se preocupan de tener fuertes lobbies que impiden esas regulaciones. Un hamburguesado y agotado Spurlock compara en un momento dado los big macs con la heroína.
La conclusión del documental es que el consumidor no es libre: "Un niño ve unos 10.000 anuncios de comida al año en la tele. El 95% son de cereales azucarados, refrescos, comida rápida y dulces. Los padres no pueden competir contra esos 10.000 anuncios", dice un médico. A mí, me está entrando hambre.
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