El pasado 12 de marzo murió Delibes, el creador del personaje que da nombre a este blog. Si no tuviera sentido del ridículo, supongo que escribiría algo así como "murió el padre de Daniel el Mochuelo". En los grandes medios y en los suplementos culturales han cometido excesos mayores, colocándole al pobre vallisoletano condecoraciones brutales como "alma del castellano" o "genio de la literatura universal". Todo sea por la gloria de la patria.
En realidad, no he leído demasiado de Delibes. Al menos, no he leído lo más literario, lo que quizá sea más permanente y valioso: "La hora roja" o "Cinco horas con Mario". Solamente he conocido al Delibes de lo rural, de la naturaleza, de la infancia. Al Delibes, que "desnoventayochizó" Castilla, como dijera su paisano Umbral.
Delibes fue, especialmente para la generación anterior a la mía, el escritor que les recordaba de dónde eran, que les hablaba del campo que habían conocido de niños, antes de irse a la ciudad a estudiar y a sacarse las oposiciones de maestro o de empleado de banca. El Delibes que era cazador como ellos, y como ellos, confiaba en ciertas pautas antiguas, rancias y honradas. Delibes fue el autor de cabecera de esa clase media que no leía demasiado; pero que leía de vez en cuando, de esa generación que volvía los viernes por la tarde al pueblo que se estaba despoblando, a casa de los abuelos, que iban muriéndose poco a poco. Delibes fue el autor de cabecera de esa clase social con cuenta corriente y electrodomésticos baratos que miraba la dictadura como algo anómalo y fuera de lugar, pero que se acostumbró a ella, como uno se acostumbra a las tormentas en algunos días de verano o a las primeras noches frías de septiembre. Molestas; pero pasables.
En la escuela, leí muchas veces "El Camino" y entendí o creí entender lo que Daniel sentía al dejar su mundo pequeño de olores a vaca por un mundo desconocido. Y reconocí la sabiduría primaria y portentosa que había en El Nini o en el señor Cayo. Y sentí la injusticia tremenda y terrible que cada párrafo de "Los santos inocentes" gritaba. Comprendí con la peli de Camus que todos hemos sido alguna vez ese viejo loco que se mea en los sabañones y que al colgar al señorito para vengar a la milana, venga a toda la doliente humanidad.
Comentarios
Escuché en una tertulia cultural a un tertuliano, vale, no era la COPE, la gente que lo sabe todo, hablar de una novela menor de Delibes como de algo único que no conocía nadie, salvo el tertuliano de turno, faltaría más, y sentí vergüenza ajena de que con el dinero de todos, era radio nacional, lo único que se escucha en el pueblo, se financie a ignorantes semejantes. Lamentable.
Delibes marco mi infancia pero siempre he tenido sospechas de su calidad literaria porque es del único gran escritor que he visto películas que mejoraban, por mucho, a sus novelas. El disputado voto del señor Cayo y los santos inocentes, son dos películas que superan ampliamente a las novelas.
La sombra del cirés es alargada, cinco horas con Mario, diario de un cazador, las ratas, el camino, las guerras de nuestros antepasados, son obras que marcarán siempre mi vida y harán de Delibes uno de los grandes escritores que he leído.