Como es bien sabido, Clint Eastwood ha dirigido grandes películas, entre otras cosas, porque ha dirigido muchas. Y a base de probar, se aprende. El sábado por la noche vimos en el canal temático TCM una de esas muchas.
"Medianoche en el jardín del bien y del mal" es un drama-thriller suavecito y tranquilo ambientado en la hermosa ciudad de Savanna, en el estado sureño de Georgia. Supongo que Eastwood quería indagar en ese sur que resulta tan lejano y tan incomprensible a los yankies. La peli tiene dos de las características habituales en su cine: actores experimentados y una historia correcta; pero las piezas no encajan, las situaciones parecen artificiosas y la cosa es aburrida desde el principio. Amparo no pudo evitar dormirse y yo tuve que hacer un esfuerzo para llegar a la parte del juicio (con Spacey de acusado, Law de víctima y Cusack de testigo despistado) y es que los juicios americanos siempre tienen algo de interesante. Son como muy serios, muy formalitos. Al menos, los acusados no pueden defenderse acusando de prevaricador al juez instructor.
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