Ir al contenido principal

Angels' share



Han pasado ya muchos años desde mi primer viaje al extranjero: aquel recorrido por Escocia con Javi y con Leo. Así que van quedando menos recuerdos del periplo en coche que nos llevó por todo ese país de lagos,  hielos y páramos. Sin embargo, una difusa sensación de libertad y alegría permanece en algún hueco de mi corazón al acordarme de aquellos días. También rememoro el asombro que sentí al descubrir la permanencia de los signos identitarios escoceses.  Una parte de ellos, productos a disposición de cualquier turista (norteamericano o de Albacete, como nuestros ocasionales compañeros de entonces). Otra parte, milagros históricos de la vieja Europa, como la pervivencia en precario del gaélico escocés. Pequeños detalles que sustentan las viejas trampas que son las identidades nacionales. La identidad nacional escocesa ha permanecido tan fuerte que habrá un referéndum en otoño del 2014, que puede cambiar la relación jurídica que la antigua Alba tiene con Inglaterra desde 1707. No busquen paralelismos aquí, la cuestión es totalmente distinta: en 2014, no habrá un referéndum que pueda cambiar la relación jurídica que Cataluña tiene con Castilla desde… 1707.

El argumento  de la peli se articula alrededor del güisqui, el producto nacional escocés por antonomasia (en inglés, se le llama directamente “scotch”). Al ver esta peli, he recordado con placer la visita a la destilería bajo la lluvia en aquel viaje y los vasos que me he tomado con George, un escocés unionista, en su casa de Londres. De una manera un poco enrevesada, el güisqui va a permitir la redención de los protagonistas: una cuadrilla de chavales a mitad de hervir. Porque son los personajes típicos de Ken Loach: gente de las clases bajas británicas, medio tontos, alcohólicos, o atrapados en la violencia o en la exclusión social modelo Thatcher. Pero esta vez, la cosa no acaba mal. No salen apaleados, aprenden cosas sobre su tierra y hasta les va bien. Supongo que Loach se ha hecho el siguiente razonamiento: “Diga lo que diga Trotsky, todo el mundo tiene derecho a salir adelante”. Eso de los finales felices en el cine social quizá no tenga demasiados partidarios pero te da para una peli agradable y fácil de ver.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La sospecha de Sofía

Merche no aguanta demasiado tiempo en casa. Acabábamos de volver del Teruel de Teruel; pero insistió en ir al cine. Nos comimos unos bocatas con poca gracia y entramos a la vacía sesión de las 22:30. Soy un facilón. La película se basa en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica. Es una historia de espías y de gemelos que se intercambian. Y como decorado, la España de los 60 y la Alemania Oriental. Da la sensación de que a alguien, en algún despacho madrileño de esos donde se manejan los dineros para lo de la cultura y el postureo, le gustó mucho la novela. Y le apeteció una película con mensaje sutil: Franco era malo; pero los comunistas aún eran peores. Y una vez más, ha quedado demostrado que no siempre sale una peli digerible de una novela que se vendió bien.  Es lo que tienen las historias de gemelos, que son difíciles de creer.  Siguiendo con obras maestras ambientadas en los 60, me viene a la memoria una de las últimas películas protagonizadas por mi paisano Paco...

Corregudes mítiques: Fira de Sant Joan, 1997.

En este blog hemos reseñado novelas, cómics, cortometrajes, coloquios, canales de youtube, boticas antiguas, documentales, ballet y monólogos. Hoy vamos con una corrida de toros. Una que los entendidos consideran "mítica". Los Politkommissare de la televisión pública valenciana decidieron emitirla la tarde del sábado, 27 de octubre de 2025. Mientras, en las calles de la capital se manifestaban decenas de miles de personas protestando contra la lamentable gestión de la barrancada de hace un año. Les juro que no me estoy inventando lo de la corrida. Desde siempre, el ser humano ha criado animales para hacer cosas con ellos. Principalmente, comérselos. Pero la mente humana siempre anda perdida en oscuros laberintos, así que también hacemos otras cosas con los bichos, un poco más raras. Cleopatra, al parecer, se bañaba en leche de burra. El presupuesto público da  para todo. " A escote no hay nada caro " es el lema de nuestros borbones. Los ingleses criaban perros para...

El correo

Noto, con cierto sentimiento de culpa, que no he publicado nada en dos meses. Agosto y septiembre se fueron casi sin dejar huella, como unos ladrones astutos, como un amante canalla, que no se queda a desayunar. La guerra perdida contra el tiempo que solamente los héroes verdaderos saben ganar. Yo no soy ningún héroe, solo aspiro a sacudirme la pereza. Me obligo a retomar el blog y para ello, reseñaré las últimas pelis que hemos visto.  "El correo" (2024), de Daniel Carpalsoro cuenta la historia de un chaval de Vallecas, un bigardo espabilado que se dedica a transportar dinero en efectivo desde la España milagrosa a las bancos y joyerías belgas, donde lo lavan y lo dejan hecho un primor de blancura. Ya sé que dicho así, suena a la trilogía "Transporter" de Jason Statham; pero Carpalsoro ha sido honesto. Ha hecho una cosa entretenida y sin pretensiones.  El primer acierto de la película es el ritmo. Del inicio al fin, las cosas ocurren porque sí, porque estamos vivos...