Unos bosques hermosos en un
país hermoso. La cuadrilla de amigos, cuya relación se basa en la caza. Niños
rubitos, grandes casas, padres felices, buenos comedores y mejores bebedores.
Es decir, gente tolerante y tranquila. Me iba dando cuenta de que la peli no se
basaba en la novela homónima de Tony Hillerman, sino que la cosa iba a ser más
dura, mucho más angustiosa que cualquier historia negra de tiros y de
persecuciones.
Se podrá afirmar que la peli es
un telefilme que se sostiene solamente en el tema principal. Pero es que el
tema se las trae: a muchos hombres nos angustia o nos ha angustiado la
posibilidad de que nos ocurra lo que le ocurre al protagonista. Es acusado de
abusar de una niña. Eso desata una espiral de acontecimientos que atenazan al
espectador y sirven al director, Vinterberg, para indagar en las imperfecciones
de la sociedad noruega. Uno llega a sentir lástima del hierático Mikkelsen. Y
se plantea cuántas veces ha sido injusto al decir aquello de que a “ese hijo de
puto habría que matarlo”.
Solo recuerdo otra peli de
temática parecida: la relativamente desconocida “Garage”
Ambas me dejaron pensativo y amargado. Pensé en los hombres que son acusados
injustamente de maltratos, o de una violación. Puede haber algo más terrible? Si para
cualquier crimen es lacerante la condena de un inocente, aún lo es más para esa
clase de delitos. Pueden suponer ser enterrado en vida, en una tumba de estigma
social e hipocresías.
Dicen que una sociedad es más
perfecta cuanto más reducida es la posibilidad de un error de tipo alfa. Ni siquiera sociedades como la noruega se hallan exentas de esa posibilidad. Qué
decir de la nuestra?
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