Ir al contenido principal

"Negras o blancas" (16)

Apunto aquí mis aportaciones al programa de Alzira Ràdio "Negras o blancas" en la segunda mitad de su séptima temporada. Lo hago como recordatorio desesperado. Después de más de 100 obras reseñadas, no confío en mi menguante memoria para evitar repeticiones o errores.

El 15/01/2024 reseñé el interesantísimo libro "El arte del estudio en ajedrez" el argentino Zoilo Caputto que falleció el año pasado con 90 años.

El 22/01/2024 hablé en más detalle de un libro que ya había citado alguna vez: la colección de partidas "Alekhine" de A. Kotov.

El 5/02/2024 hablé brevemente del canal de Youtube "Chessbase India" que me parecía un remedo del VAR en ajedrez. 

El 19/02/2024 cité "Juego dinámico de peones" del croata Drazen Marovic y hablamos un poco del ajedrez en la antigua Yugoslavia.

El 4/03/2024 volví a "Novela de ajedrez" de Stefan Zweig, que ya había reseñado hace unas temporadas. Y es que han estrenado la peli "The royal game". Hablé de ella el 11/03/2024. La reseño aparte aquí.

El 25/03/2024 y el 22/04/2024 hablé de la novela "Atlas de un maestro de ajedrez" de Luis Herráiz. Además, pudimos entrevistar al autor el 29/04/2024.  Por su interés, reseño la novela aquí. 

El 6/05/2024 hablé de la comedia "Menudas piezas" que habíamos visto en el cine. La reseño aparte, aquí.

El 13/05/2024 y el 20/05/2024 hablé de la novela "La mujer que no entendía el mundo", de la que también hablo en una entrada aparte aquí. 

El 27/05/2024 hablé del canal de Youtube "Levitov Chess World", con entrevistas muy interesantes (en ruso). 

El 3/06/2024, a petición de un oyente, reflexioné un poco sobre la obra del recientemente fallecido Daniel Kahneman "Pensar deprisa, pensar despacio" y el ajedrez.

El 8/07/2024 reseñé la interesante novela "La tarde que Bobby no bajó a jugar", de la que hablo en estas dos entradas aparte. La primera es más personal y la segunda, crítica literaria al uso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (1).

El otro día, la pequeña Bimba se cagó en la sala 55A del Museo del Prado. Como soy un buen ciudadano, lo limpié rápidamente. No vaya a ser que algún señor pisara la cosa visitando "El triunfo de la muerte", de Pieter Brueghel "el viejo", una de las obras más impresionantes de la colección. Recuerdo la primera vez que vi "El triunfo de la muerte" y sus predecesoras: "El jardín de las delicias" y "Las tentaciones de San Antonio", de Jheronimus van Aken, "el Bosco", que están en la sala de al lado. En la enciclopedia Larousse de casa. Pensé que había un error. Creí, en una primera mirada alucinada y confusa, que, en realidad, aquellas fantasías flamencas no eran trípticos (óleo sobre madera) de finales del siglo XV y mitad del XVI, sino obras contemporáneas. Pensé que aquellas extrañas imágenes de muñequitos, cadáveres y pavos reales eran la broma de un asesino en serie que le quería mostrar a los detectives del FBI todo lo que e...

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (2)

Mis perritas, Lara y Bimba se pasean todas las mañanas por el Museo del Prado porque es de todos. Es público. Es de los españoles, de la humanidad y de la caninidad.  Cada vez que algo valioso pasa al común, a la universidad, como decían los antiguos, es un pasico adelante en el lento curso de la historia, esa fulana retorcida. El museo, como tal, fue fundado durante el reinado de Fernando VII (IV en Aragón). El llamado "rey felón", además de un pene grande y de un criterio moral pequeño, heredó la más formidable colección de arte pictórico de la civilización occidental. Afortunadamente, en 1814, decidieron dar cobijo a ese inmenso tesoro en el edificio que había diseñado Juan de Villanueva antes de la francesada. En 1869, tras la primera expulsión de los borbones (aplausos y vítores), se declaró el museo y su contenido "bienes de la Nación". Me gusta contemplar el "Agnus Dei" de Zurbarán. El maestro usó varias veces el motivo del cordero sacrifi...

Cónclave

No todo el mundo puede decir que un cura de su pueblo pudo haber sido papa. Yo tampoco puedo decirlo. Al menos, con absoluta seguridad. Pero las historias que he oído al respecto parecen verosímiles. Dicen que después de que Ratzinger renunciara al cargo, en el cónclave de marzo de 2013, se reprodujo la misma división que ya habían sufrido cuando lo eligieron. Así que parecía razonable que buscaran a alguien que suscitara consensos. Además, me figuro que entre los requisitos del nuevo estaba que su lengua materna debía ser el español o el portugués, las lenguas mayoritarias del catolicismo. No es demasiado aventurado pensar que mi paisano estuvo entre los principales candidatos. Lo cierto es que la primera visita del recién coronado Bergoglio fue a Santa María la Mayor, donde tenía el arciprestazgo el de mi pueblo.  Por todo esto, se pueden imaginar el interés con el que fui al cine. Idea de mi sobrino del sur, que ha venido muy cinematográfico estas vacaciones. Los efectos de la e...