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"El testamento ológrafo": Alfambra en la literatura.


Anoché acabé "El testamento ológrafo" de Honorato Boscá. La única razón de la compra y de la lectura de esta novela es que, sorprendentemente, está ambientada en mi pueblo, Alfambra. Al parecer, el autor pasó allí varios veranos en la infancia y ha usado sus recuerdos como escenario para la historia. Y con eso me he quedado, porque la novela no es gran cosa: la técnica narrativa es rudimentaria, la historia floja y el final, inverosímil. Y en lo que se refiere a la ambientación, tampoco hay mucho que destacar: el habla atribuida a los habitantes del terreno suena más a manchega que a aragonesa, y algunos de los detalles de la historia son claramente anacrónicos. Una lástima, porque el argumento sonaba bien: Alfambra, julio de 1954, las últimas partidas guerrilleras antifranquistas, al borde de la aniquilación, los primeros veraneantes valencianos. Me parece que con menos páginas, se hubiera podido contar la mismo: la crueldad de las fuerzas represivas franquistas, la presión a la que estaban sometidos los habitantes de los pueblos del sur de Aragón, las múltiples carencias materiales de aquella sociedad, las diferencias económicas y culturales entre los oriundos y los veraneantes valencianos, las brechas enormes que la guerra había dejado. Sombras del pasado, que de vez en cuando aún manchan nuestras vidas insípidas y acomodadas.

Comentarios

Maria ha dicho que…
Hola, soy María Blasco, y tengo que decir que no estoy de acuerdo contigo. Pese a haber escogido a Alfambra y otros pueblos turolenses para contextualizar el relato,El testamento ológrafo es una historia inventada, y como tal no tiene porqué respetar al detalle la orografía, el habla o las calles de Alfambra! De todas formas, el hombre intentó ceñirse a la realidad lo más que pudo (estuvo en Alfambra el verano del 2005), pero está claro que tendría que ser alfambrino para conocer el pueblo al dedillo y no cometer errores. Ese no es el objetivo.

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