Después de esperar en vano durante varias semanas la reseña que iba a hacer mi novia sobre esta peli que vimos juntos, la tengo que hacer yo (que dura es la vida del blogger!). Quizá el tiempo transcurrido me aclare un poco la opinión sobre esta película inusual. Al salir del cine, no tenía nada claro si me había gustado o no.
Trata el encuentro de 3 personas que coincidieron en Drancy, uno de los campos que la Francia colaboracionista organizó para agrupar a los judíos y enviarlos a los mataderos nazis. Max Von Sidow era el mayor de ellos e hizo de protector de los otros dos (unos niños entonces): Susan Sarandon y Gabriel Byrne. No se han visto desde hace 40 años; pero aquella tragedia marcó sus vidas y las sigue condicionando. Plummer hace de marido de Sarandon. La ha protegido de sus miedos y de las horrorosas sombras del pasado; pero no puede evitar que ese pasado vuelva con el
reencuentro.
La peli pretende responder a las preguntas de hasta qué punto se pueden cerrar las heridas, de cuánto podemos escapar del pasado. El problema es que la historia se queda ahí (quizá porque no pueda ir más allá) y acaba dando vueltas sobre sí misma y no se resuelve. Me da la impresión de que el director no está a la altura del excelente reparto. Así que tiene que huir hacia un ejercicio esteticista (inolvidables las escenas de la Sarandon en un entorno natural precioso, las costas de Quebec, o de la lluvia mojando sus diarios y anotaciones sobre Drancy).
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