Ayer me dejé embaucar por el aspecto externo de esta película. Os aviso para que no caigáis en la trampa. La cosa parecía, a priori, digna: un atentado contra el Presidente de los Estados Unidos (William Hurt) en una conferencia internacional celebrada en Salamanca. Los hechos son contados desde distintos puntos de vista a partir de un mismo momento del tiempo.
Pero al director, a los guionistas y a los productores se les va el tema de las manos y la peli se convierte en un conjunto histérico y deslabazado de tiros, persecuciones y personajes sin sentido (especialmente el de Noriega), que hablan mediante acrónimos (POTUS, ETA, etc.) Lo único interesante son las caras de tonto que pone Whitaker y la manera en que se representa a la ciudad de Salamanca y sus habitantes. Según les parece a los norteamericanos, todos los helmánticos son latinoamericanos que agitan rojigualdas mal hechas, mientras explotan bombas a su alrededor. Huyan de este bodrio.
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