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Tropa de élite.


El otro día, vi la película brasileña "Tropa de élite", de Jose Padilha. Ha sido lanzada como la sucesora de "Ciudad de Dios"; aunque creo que no es tan redonda como la peli de Meirelles. La "Tropa de élite" es un cuerpo especial de la policía de Río de Janeiro, que realiza intervenciones en las favelas. Dado el nivel de corrupción policial y el grado de armamento del que disponen las bandas, sólo un cuerpo militarizado y separado de otras estructuras policiales, puede intervenir allí. Así que es una peli con muchos tiros y mucha sangre.
Pero no se queda en una mera cinta de acción: además, intenta arañar un poco los problemas que hay debajo. En los países del Norte económico, el Estado tiene el monopolio casi total de la violencia; pero en los del Sur (y más, después de la revolución neoliberal), el Estado no alcanza a amplias capas de la sociedad. Allí es sustituído por otros poderes ( las bandas de traficantes y los policias corruptos) que aseguran cierta estabilidad. De vez en cuando, el Estado-Leviatán aparece en forma de comandos que se cargan gente a mansalva y que actúan con más brutalidad que los propios traficantes; pero el sistema no cambia ni mejora y son siempre los mismos los que sufren. Aunque me parece una película recomendable, como peli de acción queda un poco deslabazada y como peli social es demasiado facilona.
El personaje que me ha parecido más interesante es el protagonizado por André Ramiro, un policía negro que cree en la ley y en el sistema; pero que acaba atrapado por la espiral de violencia y venganza. El personaje, ingenuamente, intenta progresar socialmente mezclándose con la clase media-alta blanca en la Universidad; pero los otros estudiantes (fumadores de maría) desprecian a la policía como represora y violenta. No advierten que esa misma policía protege sus privilegios (y la posibilidad de fumar hierba a precios asequibles). Me recuerda vagamente un comentario (creo que de Sartre) acerca de que en los incidentes parisinos del 68, los que pertenecían a la clase social que más motivo tendría para protestar, eran precisamente los gendarmes, encargados de reprimir esos incidentes y de asegurar y mantener la diferencia entre clases.

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