Las mejores obras sobre el nazismo, la Segunda Guerra Mundial y el holocausto proceden del ámbito cultural germano. Supongo que en ello hay mucho de exorcismo o de liberación de sus propios fantasmas. He visto en DVD "Los falsificadores", la película austríaca que ganó el Óscar a la mejor película extranjera en el 2008. Se ha presentado como la sucesora de "Las vidas de los otros". Al igual que aquella, "Los falsificadores" también me ha gustado mucho.
Con el fin de desestabilizar las economías enemigas, los nazis pusieron a falsificar dólares, libras y otros documentos en cantidades masivas, a algunos judíos procedentes de los campos de concentración. Usando como soporte una peli de suspense se nos cuenta otra vez la terrible verdad del gran progrom: cómo unos fanáticos papanatas, con la aquiescencia de la mayor parte de la población, humillaron, torturaron y asesinaron a la élite cultural y profesional de Centro Europa. No es una obra maestra; pero su ritmo narrativo es muy bueno y plantea al espectador algunas preguntas de mucho calado sobre la crueldad o el sinsentido de la persecución a los judíos y otras minorías.
¿Quién podía pensar que la locura criminal nazi iba a afectar a toda la sociedad alemana y austriaca? Hubo millones de víctimas, que quizá unos meses antes de ser conducidos a los campos, todavía confiaban en el Reich. Supongo que lo mismo pasó en Argentina o Chile, cuando el "proceso"
¿Hasta qué punto es lícito colaborar con el opresor para salvar la propia vida? El protagonista, el "mejor falsificador de Europa" interpretado por un espléndido Karl Markovics, no lo dudará. Proporcionará a las SS todo su arte y conocimientos para poder sobrevivir. Al igual que hicieron muchos científicos o profesionales. A ese respecto, me viene el recuerdo inevitable de Primo Levi, ingeniero químico, cuyas obras son imprescindibles para conocer aquel tiempo. Levi dedicó su vida a responder la terrible pregunta ¿por qué sobreviví yo? Esa pregunta flota a lo largo de la peli también. Levi se suicidó sin poder responderla.
Curiosamente, una parte de la película transcurre en Mathausen. Ese nombre debería ser conocido por cualquier escolar español. Sin embargo, esa ley del olvido que cubre nuestra historia contemporánea nos sigue convirtiendo en un país anormal, enfermo. Todavía son necesarias varias películas como "Los falsificadores" en el sur de Europa.
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