En algún capítulo de los Simpson, ese mundo inagotable dentro del mundo, se puede ver que Lisa está suscrita a una revista cuyo título es más o menos "The Young American Skeptic". Me gusta esa palabra "escéptico" que define a los que dudan de manera sistemática, a los que ponen en cuestión las cosas, especialmente las creencias irracionales, la superstición o la religión. Los escépticos, quizá ingenuamente, aspiran a iluminar las sombras de la vida con una velita. Dice el libro "esta pequeña vela es la razón. Constituye un instrumento modesto, sin duda, y no podría resolver todos nuestros problemas; pero esta vela es lo más valioso que tenemos". (N. Baillargeon). Me considero un poco escéptico y me interesa la desmitificación científica de los "presuntos" fenómenos paranormales. Así que compré este libro de saldo, atraido por la firma de Charpak, premio Nobel de física en 1992 y uno de los cerebros del CERN.
Para mi decepción, el libro es muy flojillo. No me extraña que lo hayan tenido que vender a peso. Es un mero compendio desorganizado de anécdotas, trucos, estafas desenmascaradas y opiniones. En lo que se refiere a la explicación estadística de fenómenos "extraordinarios" prefiero los libros de Allen Paulos. Y además, cuelan unas reflexiones tendenciosas sobre el activismo ecológico y lo intentan confundir inopinadamente con sectas, religiones o supercherías de gurús. Aunque algo de eso haya, deberían argumentar mejor sus opiniones o colocarlas en otro lado.
Cambiando totalmente de tercio, me llamó la atención una frase que no tiene nada que ver con los temas del libro: hablando del "reconocimiento" de caras en manchas de humedad dice (pág. 122): "¿Cuántas hay en las paredes de todas las ciudades de Francia o de Navarra?" Es curioso que en un libro francés, muy francés, se distinga todavía la Navarra ultrapirenaica (Iparralde en la terminología abertzale), la parte que le tocó a los reyes franceses cuando la invasión y reparto del viejo reino a principios del siglo XVI.
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