Ir al contenido principal

Los girasoles ciegos.


A nadie se le escapa que el actual interés del PSOE (y de su juez-estrella) en la recuperación de la memoria histórica tiene mucho de partidista: es la típica pantalla de humo para ocultar su incapacidad para gestionar la crisis económica y es una de las pequeñas medidas con las que quiere seguir simulando que es un partido socialdemócrata y progresista.
Con todo, me parece loable que la sociedad española se enfrente de una vez a los fantasmas de su pasado. ¿Qué tiene de malo la verdad? Otras sociedades, donde las heridas estaban más recientes, han afrontado sus propias tragedias: Argentina, Chile, o más próximos a nosotros: la antigua Alemania comunista (imprescindible ver "La vida de los otros").
Sin embargo, nuestra sociedad sigue enferma: una parte de ella sigue instalada en un oscuro pasado y negándose a reconocer el derecho a la reparación al resto. Al fin y al cabo, se siguen viendo como herederos y cómplices de los vencedores en el 39.
Y en este marco, "casualmente", se estrena la nueva película de José Luis Cuerda, un dramón ambientado en la Galicia de 1940: un intelectual que tiene que permanecer escondido en su casa y la presencia omnípoda de la Iglesia Católica, la gran vencedora, la gran vengadora.
Como otras películas de Cuerda, no está mal; pero no llega a cuajar, algo no funciona. Tiene un buen argumento (la novela de Alberto Méndez), buenos actores (Maribel Verdú, Javier Cámara) y una excelente ambientación. Sin embargo, creo que se le han atragantado algunos matices de la novela: no le llega a sacar todo el partido a la angustia del encerrado, que fue la de millones de españoles. Cámara vivió la esperanza de un nuevo mundo luminoso y tiene que vivir después oculto para que no lo maten mientras los vencedores humillan contínuamente a su mujer. También nos dio la impresión de que sobra la parte de la huída de la hija mayor, demasiado tremendista para el tono general, tenso y lento, de la historia.
Aún así, la peli tiene muchas cosas buenas: especialmente la magistral interpretación de José Angel Egido, que hace de rector del seminario. Es un hombre de palabras medidas, de calculados silencios, que conoce las flaquezas humanas y la verdad de las cosas y que ha manipulado y sigue manipulando, después de su victoria. Su cara regordeta y floja es una buena imagen de la iglesia católica, esa organización que pasa por la historia, pero por la que la historia no pasa...

Comentarios

Ángel Miguel ha dicho que…
No he visto la película pero si me leí el libro hace unos meses y no me gustó demasiado, son tres o cuatro historias cortas que tenía la sensación de haber leído o visto anteriormente, historias de perdedores de la Guerra que siempre son personas muy buenas y sensibles a las que les pasan cosas malas, injustas y muy crueles.
Nada nuevo bajo el sol.

Entradas populares de este blog

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (1).

El otro día, la pequeña Bimba se cagó en la sala 55A del Museo del Prado. Como soy un buen ciudadano, lo limpié rápidamente. No vaya a ser que algún señor pisara la cosa visitando "El triunfo de la muerte", de Pieter Brueghel "el viejo", una de las obras más impresionantes de la colección. Recuerdo la primera vez que vi "El triunfo de la muerte" y sus predecesoras: "El jardín de las delicias" y "Las tentaciones de San Antonio", de Jheronimus van Aken, "el Bosco", que están en la sala de al lado. En la enciclopedia Larousse de casa. Pensé que había un error. Creí, en una primera mirada alucinada y confusa, que, en realidad, aquellas fantasías flamencas no eran trípticos (óleo sobre madera) de finales del siglo XV y mitad del XVI, sino obras contemporáneas. Pensé que aquellas extrañas imágenes de muñequitos, cadáveres y pavos reales eran la broma de un asesino en serie que le quería mostrar a los detectives del FBI todo lo que e...

Mis pequeñas perras, Lara y Bimba, en el Museo del Prado (2)

Mis perritas, Lara y Bimba se pasean todas las mañanas por el Museo del Prado porque es de todos. Es público. Es de los españoles, de la humanidad y de la caninidad.  Cada vez que algo valioso pasa al común, a la universidad, como decían los antiguos, es un pasico adelante en el lento curso de la historia, esa fulana retorcida. El museo, como tal, fue fundado durante el reinado de Fernando VII (IV en Aragón). El llamado "rey felón", además de un pene grande y de un criterio moral pequeño, heredó la más formidable colección de arte pictórico de la civilización occidental. Afortunadamente, en 1814, decidieron dar cobijo a ese inmenso tesoro en el edificio que había diseñado Juan de Villanueva antes de la francesada. En 1869, tras la primera expulsión de los borbones (aplausos y vítores), se declaró el museo y su contenido "bienes de la Nación". Me gusta contemplar el "Agnus Dei" de Zurbarán. El maestro usó varias veces el motivo del cordero sacrifi...

Cónclave

No todo el mundo puede decir que un cura de su pueblo pudo haber sido papa. Yo tampoco puedo decirlo. Al menos, con absoluta seguridad. Pero las historias que he oído al respecto parecen verosímiles. Dicen que después de que Ratzinger renunciara al cargo, en el cónclave de marzo de 2013, se reprodujo la misma división que ya habían sufrido cuando lo eligieron. Así que parecía razonable que buscaran a alguien que suscitara consensos. Además, me figuro que entre los requisitos del nuevo estaba que su lengua materna debía ser el español o el portugués, las lenguas mayoritarias del catolicismo. No es demasiado aventurado pensar que mi paisano estuvo entre los principales candidatos. Lo cierto es que la primera visita del recién coronado Bergoglio fue a Santa María la Mayor, donde tenía el arciprestazgo el de mi pueblo.  Por todo esto, se pueden imaginar el interés con el que fui al cine. Idea de mi sobrino del sur, que ha venido muy cinematográfico estas vacaciones. Los efectos de la e...