Ir al contenido principal

Vicky, Cristina, Barcelona.


El sábado pasado, fuimos al cine a ver la última de Woody Allen. Y fue como los cines de antes: había gente, mucha gente, colas, expectación, murmullos en el sala, cachondeo, ilusión, morbo. Como cuando mis padres iban al cine en el pueblo a ver dramones americanos. Y cuando apareció la Penélope en la pantalla, la sala empezó a reir, a aplaudir. Y yo me sentía feliz. Y cuando llegó el morreo entre la Penélope y la Scarlett, pues me sentí más feliz todavía. Y eso que por primera vez en muchos años, nos habíamos tenido que sentar en un lado y tan adelante que me parecía oler el olor de macho de Bardem.
Los fans de Woody Allen notarán que no se ha esforzado mucho para hacer su última comedia: típica historia con triángulo amoroso, un poco de oficio, un latin lover, unos diálogos apañaditos, buena fotografía de Aguirresarobe, buenos actores y que la gente se lo pase bien. Eso sí, es imprescindible verla en versión original, porque la historia juega a menudo con los cambios del inglés al castellano, que son a su vez, la contraposición entre dos mundos: el anglosajón, cerebral, previsor, y el mediterráneo: pasional, improvisador. Al que no le gusten los tópicos que no vaya, porque hay unos cuantos. Hasta cuando visitan Oviedo sigue sonando flamenco. Supongo que es lo que tenía que darle al público norteamericano que, al parecer, ha valorado bastante bien la peli y va a votar como presidente a McCain, que no sabe dónde está España.
Creo que lo mejor son los actores: Rebecca Hall, que es una preciosidad, hace de Vicky. La Johansson hace de Johansson y uno le tiene mucha envidia a Bardem. El personaje de Penélope es demasiado histérico e histriónico; pero aún así la chica se luce y es que cuando se pone basta, y tiene un buen director detrás, no hay quien le gane.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Franco y Trujillo

Ayer cayó un chaparrón agradable que refrescó las calles de Santo Domingo. El agua corre hacia el malecón. La desmesurada capital de la República Dominicana, la primera ciudad de América, siempre mira al mar. Por ese mar, llegaron los antepasados españoles y los desgraciados antepasados africanos. Por ese mar, llegan de vez en cuando los invasores estadounidenses y los huracanes.  Santo Domingo fue el principio de todo: desde allí salieron hacia tierra firme los  aventureros sedientos que conquistaron el mundo para el rey de las Españas, el primer puerto seguro, el primer fuerte a salvo de los pobres taínos que no podían entender el infierno que había venido de otro mundo, más frío y más oscuro. Santo Domingo fue la primera catedral, la primera universidad, la primera ciudad extremeña a miles de leguas de Extremadura, la primera casilla de la terrible partida de ajedrez que las potencias europeas jugaron en las Américas. A Santo Domingo, ruidosa, desordenada, sonriente, le cam...

Corregudes mítiques: Fira de Sant Joan, 1997.

En este blog hemos reseñado novelas, cómics, cortometrajes, coloquios, canales de youtube, boticas antiguas, documentales, ballet y monólogos. Hoy vamos con una corrida de toros. Una que los entendidos consideran "mítica". Los Politkommissare de la televisión pública valenciana decidieron emitirla la tarde del sábado, 27 de octubre de 2025. Mientras, en las calles de la capital se manifestaban decenas de miles de personas protestando contra la lamentable gestión de la barrancada de hace un año. Les juro que no me estoy inventando lo de la corrida. Desde siempre, el ser humano ha criado animales para hacer cosas con ellos. Principalmente, comérselos. Pero la mente humana siempre anda perdida en oscuros laberintos, así que también hacemos otras cosas con los bichos, un poco más raras. Cleopatra, al parecer, se bañaba en leche de burra. El presupuesto público da  para todo. " A escote no hay nada caro " es el lema de nuestros borbones. Los ingleses criaban perros para...

La sospecha de Sofía

Merche no aguanta demasiado tiempo en casa. Acabábamos de volver del Teruel de Teruel; pero insistió en ir al cine. Nos comimos unos bocatas con poca gracia y entramos a la vacía sesión de las 22:30. Soy un facilón. La película se basa en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica. Es una historia de espías y de gemelos que se intercambian. Y como decorado, la España de los 60 y la Alemania Oriental. Da la sensación de que a alguien, en algún despacho madrileño de esos donde se manejan los dineros para lo de la cultura y el postureo, le gustó mucho la novela. Y le apeteció una película con mensaje sutil: Franco era malo; pero los comunistas aún eran peores. Y una vez más, ha quedado demostrado que no siempre sale una peli digerible de una novela que se vendió bien.  Es lo que tienen las historias de gemelos, que son difíciles de creer.  Siguiendo con obras maestras ambientadas en los 60, me viene a la memoria una de las últimas películas protagonizadas por mi paisano Paco...