Anoche vi esta película, a la que se puede llamar "clásica", ya que ha dado lugar a algún remake y ha influido mucho en el cine posterior de robos. Creo recordar que la curiosa persecución de los minis también aparece en la infame "Ocean thirteen".
El interés de la película radica más en su estética que en su argumento, ya que el robo dirigido por un jovencísimo Michael Caine es inverosímil: es decir, "coge el dinero y corre". Eso sí, el ambiente, las ropas y la música son un homenaje a ese final de los sesenta de colores, demasiados colores...
Hay otra cosa de la película que me llamó la atención : rezuma ese sentido de superioridad de los británicos (especialmente los ingleses) sobre el resto del universo. Los italianos son representados como inferiores, como meros comparsas que bailan al son que dictan los astutos ladrones, que pueden dar el golpe del siglo sin necesidad de colaboración nativa. Los policias italianos aparecen como imbéciles. No quiero ni pensar cómo hubiera sido si la peli hubiera transcurrido en la Rumanía de Ceaucescu o en la Spain de Franco.
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