Ir al contenido principal

Sombras de la globalización: "McMafia" y "Promesas del este".


Reseñaré dos obras que están muy relacionadas: el libro "McMafia" de Misha Glenny y el estreno "Promesas del Este", de David Cronenberg.
En lo que se refiere al libro, había leído algunas críticas buenas y quizá esperaba más. Glenny fue corresponsal de la BBC en la Europa Oriental y cuando todo aquello se hundió, tuvo que reciclarse. Así que se ha dedicado a investigar las redes del crimen organizado. De hecho, el libro muestra que hay una conexión directa entre la crisis de los poderes públicos en los antiguos países comunistas y la aparición de nuevas redes criminales a nivel planetario. Reciclaje de mano de obra excelentemente preparada, supongo. Dicho de otra manera, la victoria definitiva de la economía de mercado es, en cierto sentido, la victoria definitiva de las mafias internacionales. Aunque para ello haya sido necesario crear nuevos países, cuyo presupuesto depende directamente del contrabando, como Kosovo o la pequeña y tintinesca Transnistria, capital Tiraspol. La globalización ha afectado a cada parcela de nuestras sociedades y de nuestras economías: también al tráfico de cualquiera de las cosas prohibidas que se consumen masivamente en el insaciable Occidente: heroína, cocaína, mano de obra ilegal, tabaco y combustible sin impuestos, diamantes, mujeres u órganos para trasplantes. Un 25% del PIB mundial, estima Glenny. Lo que he echado de menos en el libro es cierta clase de generalización o de teoría al respecto, porque el autor se ha limitado a agrupar los diversos reportajes que ha ido haciendo durante estos años, sin reflexionar demasiado sobre las causas económicas de los hechos.Con todo, hay algunos capítulos que me han impresionado mucho: "Aliyah", sobre la importancia de las redes mafiosas de origen ruso en el estado de Israel, "El teatro del crimen" sobre las raíces culturales de la capacidad nigeriana para las estafas cibernéticas, y "Colegas" sobre la economía de la producción de marihuana en Canadá.

Compramos la peli "Promesas del Este" para verla por cable el sábado por la noche. Amparo quería, obviamente, ver al Viggo Mortensen, que hace de gangster ruso con ropa cara y tatuajes. Inmediatamente, la película me recordó el primer capítulo del libro, porque ambos tienen una misma motivación. Ambos muestran cómo la actividad de las mafias afecta a ciudadanos normales y corrientes de Occidente. Concretamente, el mundo "normal" de la brillante Naomi Watts entra en contacto con el mundo oscuro y salvaje de los vory-zakonye, las redes rusas de tráfico de mujeres y de drogas. El argumento de la peli es un poco truquero y resultón, con algunas escenas verdaderamente brutales. Pero las buenas interpretaciones lo sostienen. Terrorífico el personaje interpretado por el veterano Mueller-Stahl, que muestra la doble cara de las mafias: un empresario abuelo y bonachón que se dedica profesionalmente a hacer cosas horribles. Qué mundo tan hermoso estamos dejando a las próximas generaciones!

Comentarios

mihailtahl ha dicho que…
Es inevitable despues de ver una película como una historia de violencia esperar algo más de su autor. Esto es lo que me ocurrió a mi. Sin ser una mala pelicula los personajes no me parecieron tan bien construidos en promesas del oeste. Viggo esta en su línea (sobresaliente), pero el guión hace aguas al final. No sé me pareció fallida

Entradas populares de este blog

Presentes

Solamente existen dos cosas: la vida y la muerte. La muerte es el segundo principio de la termodinámica, dominante, omnipresente, invencible. La vida es la lucha absurda, desesperada, contra ese principio. Es la excepción, lo heroico, la guerra que se libra sabiendo que se va a perder. La vida son los pimientos de Padrón, mi sobrino saltando las dulces olas del mar Mediterráneo, Francella haciendo de Sandoval en un juzgado oscuro de Buenos Aires, mamándose como un boludo mientras tiene ideas deslumbrantes. A veces, hay más vida y a veces, hay más muerte. Últimamente, nosotros hemos tenido algo más de lo segundo. Murió un primo de Merche de Albacete. Tenía ilusión por viajar y por hacer fotos a la vida, mientras que el cáncer lo iba derrotando, después de una guerra de cinco años de tratamientos, pruebas, dolores, experimentos, viajes a Madrid, más contra experimentos y más dolores. Pero ese hombretón y su retranca seguirán viviendo. En los mejores diálogos de Muchachada Nui está su c...

Vasil (2)

Vasil (Iván Barneev), un migrante búlgaro, llega a Valencia. No tiene donde dormir. Un jubilado de buena posición social (Karra Elejalde) le acoge en su casa. Para asombro de la hija del jubilado (Alexandra Jiménez), establecen una estrecha relación. Y eso que el padre es más bien rancio. Tienen una afición en común: el ajedrez. Hay largas conversaciones vespertinas, a modo de samar , ciertas desconfianzas; pero son, ante todo y sobre todo, dos seres humanos buscando la humanidad en el otro, en los otros. Con este planteamiento tan sencillo, Avelina Prat construye una película agradable, un poco lenta; pero que deja cierta sensación de paz en el alma. Y siempre nos gusta ver imágenes de la ciudad del Turia.  El planteamiento me llegó a lo hondo. Era inevitable pensar en nuestro amigo búlgaro D, al que también dejaron caer en Valencia hace muchos años y que salió adelante a base de esfuerzo y bonhomía. La directora basó la historia en hechos reales. Me pregunto si conoce a D. Aunque...

Vasil (1)

Al parecer, la palabra " samar " tiene muchos significados en árabe. Uno de ellos se refiere a la conversación tranquila, cuando ha llegado la noche. La conversación entre amigos que se cuentan historias cuando ya hay luna y cuando las prisas del día se han ido.  Saco a las perritas sobre las ocho de la tarde. A mitad del paseo, me siento con un vecino en la terraza del chino. Bromeamos sobre lo sucia que tiene el chino la terraza, la barra, los váteres y el bar entero. No hace tapas, cobra caro; pero al menos tiene la cerveza muy fría. La disfrutamos durante nuestro samar vespertino. El vecino opina que el chino no podrá mantener abierto el negocio mucho tiempo, mientras solo sea un chupadero. El vecino conoce bien el Puerto, lo ha visto cambiar a lo largo de su vida. A mí me da pena porque las tres hijas del chino son guapas y espabiladas. Y porque solamente a mí me pone cacao u olivas con la cerveza. Soy el único que da las gracias en mandarín. A menudo, más contertulios s...