Un compañero de trabajo estaba preparando un artículo de prensa sobre un conflicto medioambiental. En una interesante conversación sobre el tema, surgió la idea de escribir algún relato basado en ese conflicto. Por supuesto, no hice nada al respecto. Pero me vino a la memoria una novela que leí hace algún tiempo y que me gustó. Precisamente, me la hizo llegar otro compañero de trabajo, enamorado de las montañas.
La novela no tiene demasiada calidad literaria; pero es la mejor representante que conozco de un subgénero, con cierto predicamento en Aragón, cuyas historias concretas son siempre reflejo de conflictos sociales o medioambientales más graves (por casa anda también "El emir"). "Donde duermen las aguas" describe el enfrentamiento durante los años 50 entre dos pueblos pirenaicos aguas arriba y aguas abajo de un río por la regulación y explotacón de los caudales. El pueblo de arriba (el imaginario Biescas de Obago) siempre ha sido más pobre y su alcalde, Victorián, protagonista de la novela, es un honrado herrero de brazos fuertes y tristezas montañesas. Inevitablemente, me recordaba al herrero de "El Camino" de Delibes. El pueblo de abajo es un poco más rico y su alcalde es un taimado especulador, conchabado con alguna compañía eléctrica para estafar a los de arriba y a la administración pública.
Se nota que el autor, el inclasificable Lorenzo Mediano, conoce las montañas y el alma de las gentes que todavía las habitan. Y consigue salvar a la novelita de la puerilidad más absoluta, introduciendo algunas cosas interesantes: el contraste entre las gentes urbanas (Pilar, la maestra zaragozana) y los montañeses (que en algunos diálogos usan el aragonés), o el amor por el paisaje libre, duro y hermoso de aquellos altos valles. Recomendable para adolescentes, para amantes de la naturaleza o para los que quieran saber un poquito más de política hidráulica.
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