Ir al contenido principal

"Catedral" de Raymond Carver


¿Por qué no somos felices? ¿Por qué no soy feliz? Tenemos cortadores de cesped y furgonetas, salchichas y salsas de varias clases, los horizontes del Medio Oeste y un equipo favorito de béisbol; pero la vida carece de sentido. Una monotonía llena de carcomas y soledades, un viaje que no tiene posibilidad de llegar a ninguna parte, que inevitablemente acaba en el alcohol y en la desesperanza. Carver hizo ese trayecto durante muchos años y sus cuatro libros de relatos describen con certera precisión el sinsentido, el absurdo, la soledad. "Catedral" fue el tercero de ellos.
Carver fue todos y cada uno de los protagonistas de sus relatos: el ciego al que intentan explicar cómo es una catedral, el deshollinador en la clínica de desintoxicación, la cuidadora de un bloque de apartamentos de alquiler, anónimos y tristes.
Los relatos se apoyan en una arquitectura helada y sencilla ,"realismo sucio" lo llamaron, pero una tensión dolorosa late en cada historia: al final algo ocurrira que acabe con la ilusoria sensación de felicidad que sus personajes a veces experimentan. Cuando Carver había logrado el reconocimiento literario como "sucesor de Chejov y de Hemingway" y había conseguido dejar el alcohol, murió. Tenía 50 años.
Yo todavía noto en la boca el sabor del cuero y del acero que me dejó, hace dos noches, el penúltimo relato: "La brida"

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un post interesantísimo, como siempre.
En mi opinión, Carver representa la cumbre del relato contemporáneo. Por todo eso que tú explicas tan bien. Por la cotidianeidad de nuestras vidas occidentales, que parece inofensiva y fácil de digerir pero que te puede hacer muy desgraciado si te paras a pensar en ella.
Yo me quedo con "La casa del chef".
Un saludo.
ivanrojo.wordpress.com
Anónimo ha dicho que…
Yo me quedo con "catedral", que es el más optimista. Recuerdo también con un escalofrío de mal rollo ese cuento en el que un hombre tiene en ataque de celos retrospectivos, y obliga a su mujer a confesar una infidelidad largo tiempo sospechada. No me acuerdo mucho, pero supongo que acaba mal.

Abrazos!

Entradas populares de este blog

Asesinato en el campo de golf.

La realidad siempre supera a la ficción. Ni el mejor Azcona podría haber imaginado la boda cortesana del otro día ni el más inspirado Berlanga, rodarla. Fue una inundación de imágenes ridículas, un tsunami de mal gusto, una representación prodigiosa y completa de todo lo vano y risible de nuestra sociedad. Dicen que el humor siempre ha de apuntar hacia adentro y hacia arriba y apuntar bien la pistola es difícil; pero las imágenes que, como huesos, tuvo a bien echarnos la tele de Ayuso eran una diana gigantesca, grande como un océano de paradojas. Dispararas donde dispararas, acertabas. NO piensen que les deseo unos tiros o unas bombas a los convidados. Sobre eso, volveré más adelante. Al revés, hay que agradecerles a todos que acudieran disfrazados a la iglesia de San Francisco de Borja para alegrarnos la vida y recordarnos, con humor y gracia congénita, cuán estúpido es nuestro reino y cuán absurda es la existencia humana. Dios, gracias por el fuego y por el humor. Semejante orgía de

The royal game.

La famosa "Novela de ajedrez" de Stefan Zweig suele ser la primera obra literaria que cualquier lector occidental citará en relación al juego-ciencia. La imagen social del ajedrez, o mejor dicho, de los ajedrecistas, ha sido muy influida por esta novela breve. Muchos críticos la consideran la mejor obra del austríaco. Yo prefiero "Momentos estelares de la humanidad".  Zweig publicó "Novela de ajedrez" en 1941, durante su exilio brasileño. Se suicidaría poco después, desesperado ante los continuos triunfos nazis. Hace muchas vidas, vimos la peli " Farewell to Europe " sobre los últimos años del gran escritor.  Un trasunto del mismo Zweig, el misterioso doctor B. viaja en un transatlántico Nueva York-Buenos Aires. A los ajedrecistas, este planteamiento les traerá a la memoria las célebres olimpiadas de 1939, después de las cuales, varios jugadores europeos decidieron quedarse en Argentina. El doctor B. fue detenido por los nazis después del Anschlu

El niño que miraba al mar (Luis Eduardo Aute)

Tomás, compañero y sin embargo, amigo, me manda esta fervorosa reseña del concierto que compartimos la semana pasada: ¡Aute sigue en plena forma! Será porque nos mentalizamos para un homenaje al maestro, al que suponíamos agostado, será por envidia; pero es lo primero que me sorprendió de un concierto vibrante de música, letra y ritmo. Fue en La Rambleta, en Valencia el 28 de noviembre. Aute ya tiene 71 años, nunca ha exigido mucho a su voz y las mesas de mezclas hacen maravillas, pero todo eso no desmerece que sonó limpio e intenso. Uno no puede menos que preguntarse cuál será el secreto de su vigor, y cómo aplicárselo. Cantó las canciones de su último disco “El niño que miraba el mar” y algunas de sus discos anteriores, ya 46 años componiendo. Al final del concierto se centró en las históricas las de los 70 y 80 después de haber amagado tres veces con terminar e irse. Total 3 horas sin descanso. Se hicieron cortas. Le acompañaron tres músicos muy buenos, incluido s