Esta novela breve, que me recomendó Miguel, de la librería Primado, me descubrió a Bolaño. Cuando la leí por primera vez, hacía tiempo que no consumía literatura y experimenté una sensación de deslumbramiento y asombro, como quien se vuelve a enamorar, como quien regresa a un sitio que trae buenos recuerdos. He releído "Estrella distante" en mi pueblo, durante las vacaciones de Pascua y otra vez me he sentido atrapado por el lenguaje fácil y certero de Bolaño. Por el mero placer de leer, de aprender, de pensar la literatura, los libros.
La investigación que el narrador hace en primera persona sobre Ruiz-Tagle, el personaje fuera de lugar en el mundillo literario de la Universidad de Concepción, es una excusa borgiana para indagar en el hecho de la creación literaria, de la originalidad, de la búsqueda de la palabra que crea nuevas realidades. ¿Existieron las poetisas , los aprendices de escritor que pueblan la novela? ¿existió Wieder, el poeta que escribía versículos de la Biblia en el cielo con un avión de la Segunda Guerra Mundial para asombrar a los generalotes fascistas chilenos y a sus enjoyadas esposas? No importa. Bolaño hace el retrato del artista total, que renuncia a todo para lograr cierta clase de verdad, cierta clase de conquista de la realidad, a través del medio que sea: la poesía, las fotos de las torturas, la pornografía. Y el paisaje es el Chile ilusionado de Allende, las terribles prisiones de Pinochet, la Barcelona del exilio, es decir, el escenario global del artista lationamericano.
Literatura sobre la literatura, "la investigación sobre `La literatura nazi en Latinoamérica' ", donde cada párrafo interesa y agarra al lector desde cierta clase de desesperanza, desde obras y argumentos que nunca se escribirán: "A veces, Bibiano, me explicaba sus proyectos: quería escribir en inglés fábulas que transcurrían en la campiña irlandesa, quería aprender francés, al menos para poder leer a Stendhal en su propia lengua, soñaba con encerrarse dentro de Stendhal y dejar que pasaran los años (aunque él mismo, contradiciéndose en el acto, decía que eso era posible con Chateubriand, el Octavio Paz del siglo XIX; pero no con Stendhal, nunca con Stendhal)". "Estrella distante" ha sido y sigue siendo para mí una fiesta, un placer estético que me llevó a leer posteriormente la grandiosa "Los detectives salvajes".
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